Santuario del lobo. España prohibirá la caza del animal en todo el país.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publicará en breve un decreto para la protección estricta del emblemático mamífero carnívoro en todo el territorio español. Aún se abaten ejemplares legalmente en las comunidades situadas al norte del Duero.
La caza del lobo, animal perseguido desde hace siglos y actualmente convertido en un símbolo del conservacionismo, quedará definitivamente prohibida en todo el territorio español después del acuerdo alcanzado ayer en la reunión del la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, órgano en el que están representados el Gobierno y las comunidades autónomas. El lobo aún se caza como especie cinegética o mediante cupos en Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia -comunidades que han manifestado su disconformidad con el acuerdo- y más raramente en La Rioja y el País Vasco.
«Hoy aullará el lobo, pero no de pena», sintetizó de manera poética el naturalista Luis Miguel Domínguez, presidente de la asociación Lobo Marley. «Gracias a todos los que han luchado por esta victoria».
La protección efectiva del lobo será posible al haber quedado incluida, tras una reunión agitada y una segunda votación ajustada –nueve votos a favor y ocho en contra, con tres abstenciones-, en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Publicación en el ‘BOE’
Aunque la comisión es un órgano consultivo del Gobierno, el resultado de la votación significa en la práctica que se prohibirá su caza deportiva y se tendrá que redactar una estrategia de conservación. Ahora solo falta que la impulsora de la votación, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, estampe su firma en la orden y se publique en el BOE.
Los contrarios a la decisión ya se han manifestado. Entre otros, el consejero de Fomento de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, anunció una «batalla» porque, según dijo, prohibir la caza «atenta contra los ganaderos».
Theo Oberhuber, portavoz de proyectos de Ecologistas en Acción, calificó la jornada de «día histórico». La caza del lobo tiene un impacto crucial en la conservación de la especie, explica. No solo se llegan a abatir hasta 400 lobos anuales (incluyendo la caza ilegal), sobre una población total estimada de 2.000-2.500 ejemplares, sino que muy a menudo ello afecta negativamente a las dinámicas de las manadas. Normalmente se matan ejemplares jóvenes. «A veces –prosigue Oberhuber– también se cazan los machos alfa, lo que ocasiona una dispersión de los restantes machos y ello acaba traduciéndose en una mayor conflictividad con los ganaderos». Ecologistas en Acción insta a las comunidades autónomas al norte del Duero a que «desde hoy mismo» dejen de autorizar la actividad cinegética, se persiga su caza ilegal «y colaboren con los ganaderos en fomentar la coexistencia entre el lobo y la ganadería con el fin de evitar o reducir los ataques al ganado, con métodos como el uso de perros mastines y una mayor vigilancia del ganado».
Un gran paso
«Hoy es un día histórico», incidió en el mismo sentido el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo. «Esperamos que sea un primer paso para cambiar hacia un nuevo modelo centrado en la conservación de la especie y la coexistencia con las actividades humanas –añadió–. Tras los pasos iniciales de Félix Rodríguez de la Fuente y posteriormente con la aprobación de las directivas europeas de la naturaleza, faltaba en nuestro país el reconocimiento formal del valor de esta especie».
El lobo ibérico, que históricamente había ocupado buena parte del territorio español (y también Portugal), sufrió a lo largo del siglo XX un retroceso acusado que alcanzó su punto álgido hacia 1970, «cuando se pensó que la especie se extinguiría por culpa de los venenos y la caza indiscriminada», explica Oberhuber. «Lo que está haciendo el lobo en los últimos años es recolonizar provincias que había perdido no hacía tanto, como Ávila, Segovia y Salamanca». Las mayores poblaciones se concentran actualmente en Asturias, León, Zamora, las provincias gallegas y la montaña de Cantabria.
En Catalunya, el lobo ha regresado en las últimas décadas, pero lo ha hecho de forma casi testimonial, con algún ejemplar divagante que cruza el Pirineo desde Francia y es avistado en la Cerdanya, el Ripollès y el Berguedà, entre otras comarcas.
Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria se oponen a la medida y anuncian batalla