Cuando el amor lucha por seguir despierto
‘Malcolm & Marie’ retrata la relación de una pareja con fisuras, en buena medida motivadas por el insoportable narcisismo de él y la baja autoestima de ella. El director Sam Levinson y la actriz Zendaya idearon la película a medias, inspirados por la ansiedad derivada del confinamiento propiciado por la pandemia del covid. «Nunca os vayáis a dormir enfadados», aconseja una de las reglas de oro de la vida conyugal, y los dos protagonistas de Malcolm & Marie están dispuestos a discutir cuanto haga falta para cumplirla. Desde este viernes disponible en Netflix, la nueva película transcurre a lo largo de una noche, y enteramente en la lujosa casa de Malibú a la que la pareja regresa al principio del metraje. Acaban de asistir a la
premiere del debut de Malcolm como director, y él está tan cegado por su propio ego que al principio ni siquiera nota que Marie está molesta. La joven siente que su novio le ha robado sus traumas pasados -adicción a las drogas, impulsos suicidas- para usarlos como fuente de inspiración de la película y que, pese a ello, durante el discurso que horas atrás ha dirigido al público ni siquiera la ha mencionado para darle las gracias.
«Yo mismo me olvidé de dar las gracias a mi esposa durante el estreno de mi primera película, Nación salvaje, y ella se sintió muy dolida», recuerda el director Sam Levinson. «Me sentí muy culpable por ello. En realidad solo discutimos sobre ello durante unos minutos, pero en mi cabeza tuvimos mil conversaciones al respecto». Levinson asegura que la alusión a esa anécdota es todo cuanto Malcolm & Marie tiene de autobiográfico, pero resulta inevitable mostrar suspicacias al respecto.
A lo largo de 106 minutos vemos a sus protagonistas hablar, gritar, insultarse, atacarse y contratacarse, besarse, reconciliarse y atacarse una vez más; y las fisuras que su relación evidencia, en buena medida motivadas por el insoportable narcisismo de él -el tipo se compara con William Wyler- y la baja autoestima de ella, nos invitan a preguntarnos si realmente es una buena idea que sigan juntos. «Quise que la película hablara del punto en el que nos encontramos hoy, obligados a quedarnos en casa, lidiando de forma especialmente intensa con los placeres y los dolores que compartir nuestra vida con otra persona conlleva», explica Levinson.
Entretanto, eso sí, el joven director pone en boca de su protagonista masculino lo que probablemente sean sus propios pensamientos acerca de la industria cinematográfica: mientras la noche avanza Malcolm se queja del conservadurismo que impera en Hollywood, y acusa a los críticos no solo de carecer de conocimientos artísticos -solo les interesa generar clicks, opina- sino también de discriminar a los artistas pertenecientes a minorías raciales. «Todas las películas en blanco y negro que adoro están dirigidas y protagonizadas por gente blanca», lamenta Levinson al respecto. «Y tuve la idea de recuperar la belleza y la elegancia de esa monocromía vinculándola a un pareja de actores negros».
Malcolm & Marie está protagonizada por John David Washington (Tenet) y Zendaya, también colaboradora de Levinson en la celebrada teleserie Euphoria. El director y la actriz idearon la película a medias, inspirados por la ansiedad derivada del confinamiento, y él escribió el guion en seis días; a ella, que ha vivido un ascenso meteórico en Hollywood en los últimos tiempos, este proyecto le ha proporcionado un tipo de gratificación artística que nunca antes había experimentado. «En la profesión a veces tengo la sensación de que mis opiniones no son tenidas en cuenta; quizá porque soy una mujer joven, una mujer joven negra, o quizá porque me faltan conocimiento y experiencia», asegura la intérprete. «Pero trabajando con Sam no he sentido nada de eso».
De hecho, la película puede entenderse como un reconocimiento por parte de su director de que los elogios que recibe no le pertenecen solo a él, como una reflexión sobre lo que sucede cuando nuestras aspiraciones nos hacen perder de vista a quienes tenemos al lado, y como una reivindicación de la naturaleza colaborativa de la creación artística.
«Yo mismo olvidé dar las gracias a mi esposa en el estreno de mi primer filme», admite Levinson