El Periódico - Castellano

‘Fact check’ de campaña: las cuatro mentiras de Ignacio Garriga

y el récord absoluto de voto por correo eclipsan el pulso entre los partidos, que crece en intensidad. La terna de favoritos para la victoria sigue en un pañuelo y sin aclarar sus pactos.

- JOSE RICO Barcelona

Si a finales de 2017 todos los catalanes sabían que había elecciones porque las convulsion­es de aquel otoño habían tensionado como nunca las costuras de la sociedad, en esta ocasión toda la ciudadanía es consciente de que el próximo domingo se vota porque el trauma de la pandemia y sus posibles consecuenc­ias durante la jornada electoral están eclipsando el pulso entre partidos y candidatos en una más que atípica campaña que acaba de cruzar la línea del ecuador. Aunque esta primera semana se ha hablado más de cómo votaremos que de qué votaremos, el fuego cruzado existe y se ha avivado a una velocidad mucho mayor de la esperada, tanto entre independen­tistas y constituci­onalistas como dentro de cada bloque.

Esta batalla política sin tregua se ha visto relegada por las alarmas lanzadas desde algunas administra­ciones a raíz de la avalancha de miembros de mesas electorale­s que han litigado para tratar de librarse de la jornada por miedo al coronaviru­s. Esta circunstan­cia, habitual en toda cita con las urnas pero nunca en tanta magnitud, obliga a andar sobre un limbo legal y ha llevado a algunas juntas electorale­s a alertar de que un excesivo absentismo el 14-F podría retrasar 48 horas el desenlace de las elecciones, pues la ley fija ese plazo para que se vote en aquellas mesas que no se hayan podido constituir el día de los comicios. Sin embargo, los responsabl­es del proceso electoral de la Generalita­t minimizan este riesgo y creen que los problemas serán muy puntuales, aunque sí reconocen que hasta la misma víspera del día de la votación no se podrá calibrar el volumen de incidencia­s.

284.706 votos por correo

El otro obstáculo logístico que habrá que salvar el mismo día 14 será la marea de votos por correo que se añadirán a los que se depositen en las urnas. 284.706 electores han solicitado votar de forma anticipada, récord absoluto en España en 45 años de democracia. Los candidatos se han encargado de alentar esta vía de participac­ión para evitar aglomeraci­ones en los colegios electorale­s, pero no serán ellos los que den ejemplo, pues todos prevén hacerse la tradiciona­l foto en su punto de votación. Pese a estos llamamient­os, los organizado­res del proceso electoral sostienen que «no habrá lugar más seguro que el colegio electoral».

Tantos temores y recelos contrastan con la relajación de las restriccio­nes que entrará en vigor mañana, justo la semana en que, según los informes que la Generalita­t esgrimió para intentar aplazar los comicios, la tercera ola del covid debía hollar su pico. Que la participac­ión bajará es un hecho porque las elecciones de 2017 significar­on un techo (79%) inalcanzab­le en tiempos de pandemia. Las encuestas estiman que la participac­ión volverá por sus fueros, a cotas anteriores al

procés, a las épocas del pujolismo y el tripartito, cuando pivotaba alrededor del 60%.

A falta de la última hornada de sondeos, el promedio de las últimas semanas mantiene en un triple empate técnico a PSC, ERC y JxCat, pero también pronostica­n que alrededor del 30% del electorado continúa indeciso. Ese factor será clave para desencalla­r el triunfo, que también depende del juego de contrapeso­s entre la balanza metropolit­ana que se disputan republican­os y socialista­s, y la pugna por la hegemonía independen­tista entre Esquerra y Junts.

Ante lo reñidos que están estos frentes, ERC ha tenido que combinar su estrategia de polarizar la campaña con el PSC, echándolo en brazos incluso de Vox, con una defensa de los incesantes ataques de JxCat, acusacione­s de corrupción incluidas. El republican­o Pere Aragonès mantiene, pese a los noes cosechados, su oferta de un Govern que una a todas las fuerzas que defienden la autodeterm­inación y la amnistía y, de paso, diluya el peso de Junts y aísle a los socialista­s con la derecha.

Con una sola opción de pacto, la posconverg­ente Laura Borràs busca el cuerpo a cuerpo con sus socios independen­tistas, que la han dejado sola con la bandera de la DUI y hasta han cuestionad­o su ideoneidad como candidata ante la causa judicial que tiene abierta por cuatro delitos de corrupción. Ni ERC ni la CUP le han garantizad­o su apoyo, como tampoco ella y su cabeza de lista, Carles Puigdemont, han dejado claro hasta dónde estarían dispuestos a elevar el listón de sus votos si vence Aragonès. La efímera imagen de unidad soberanist­a la protagoniz­aron los presos en un acto conjunto de Òmnium que no logró disimular los recelos. El tercero en disputa, el socialista Salvador Illa, diana del independen­tismo y de las derechas, intenta escabullir­se de la bronca sin aclarar cómo podrá neutraliza­r el veto de ERC a una investidur­a que ha prometido intentar si gana. Tiene el aval de los comuns, que escampan la sospecha, como ERC, de que el PSC sería capaz de buscar apoyos en las derechas, que se baten en duelo con Vox para evitar ser sorpasados, con tal de descabalga­r al independen­tismo. Pocas esperanzas hay de que el esprint final de la campaña, que incluye debates en catalán y en castellano, sirva para resolver tantos enigmas. Y estos tampoco se despejarán si el dictamen de las urnas es tan apretado como auguran los sondeos. Si los independen­tistas revalidan su mayoría en el Parlament, la azada para desbrozar el acuerdo y evitar el bloqueo sería que la distancia entre ERC y Junts fuese lo suficiente­mente amplia como para que pudieran fijarse condicione­s inasumible­s que den alas al fantasma de la repetición electoral.

 ??  ?? De arriba abajo, los socialista­s Pedro Sánchez y Salvador Illa; Laura Borrà,s conectada con Carles Puigdemont (JxCat); Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa (Cs), y Alejandro Fernández, con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea.
De arriba abajo, los socialista­s Pedro Sánchez y Salvador Illa; Laura Borrà,s conectada con Carles Puigdemont (JxCat); Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa (Cs), y Alejandro Fernández, con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea.
 ?? Europa Press ??
Europa Press
 ??  ??
 ?? EuropaPres­s ??
EuropaPres­s
 ??  ??
 ??  ??
 ?? P. Francesch / Acn ?? Arriba, Pere Aragonès en un mitin (ERC), y abajo, Àngels Chacón (PDECat); Pablo Iglesias y la candidata de los ‘comuns’, Jéssica Albiach, y Dolors Sabater (CUP).
P. Francesch / Acn Arriba, Pere Aragonès en un mitin (ERC), y abajo, Àngels Chacón (PDECat); Pablo Iglesias y la candidata de los ‘comuns’, Jéssica Albiach, y Dolors Sabater (CUP).
 ??  ??
 ??  ??
 ?? MarcPuig/Acn ??
MarcPuig/Acn

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain