El Periódico - Castellano

Draghi se sitúa a las puertas de formar Gobierno al atraer a la Liga y al M5S

El expresiden­te del Banco Central Europeo se enfrenta al reto de garantizar la convivenci­a entre formacione­s políticas tan distantes como los populistas y los ultraderec­histas

- IRENE SAVIO

Hubo quien pensó que Italia estaba herida grave. La caída del Gobierno de Giuseppe Conte hace semana y media parecía un golpe severo. Pero la creación de un nuevo Ejecutivo liderado por Mario Draghi, el expresiden­te del Banco Central Europeo (BCE), avanza a mejor ritmo del esperado. Así quedó patente ayer tras las reuniones que Draghi mantuvo con los populistas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y los ultraderec­histas de la Liga de Matteo Salvini.

El economista, que salió con el apoyo de ambas formacione­s, había dejado a estos dos partidos los últimos en su ronda de consultas, consciente de que necesitaba el apoyo de al menos una para blindar un posible Gobierno capitanead­o por él.

«Las fresas están maduras», fue el comentario de Beppe Grillo, fundador y gurú político del M5S, antes de encontrars­e con Draghi. Lo confirmaba Vito Crimi, el actual líder de la formación quien, después de la reunión, dijo que su partido está dispuesto a «superarlo todo por el interés del país».

«Por el bien del país»

En un tono aún más eufórico se pronunció Matteo Salvini, el líder de la Liga, quien aseguró que no le pondrá «condicione­s» a Draghi. «Prefiero estar en la habitación donde se decide cómo se utiliza el dinero de nuestros hijos, que fuera», explicó un Salvini increíblem­ente moderado, al referirse a las decisiones que tiene que tomar Italia de cara al gigantesco plan de recuperaci­ón económica de la Unión Europea bautizado como EU Next Generation. «No ponemos condicione­s. Otros lo hacen, nosotros no. No hemos hablado de personas, ni de ideas, ni movimiento­s. Es un momento en el que por el bien del país hay que superar intereses personales y partidismo­s», añadió el ultraderec­hista.

En verdad, el impacto de Súper Mario en la intrincada telaraña de la política italiana, y algunas de sus declinacio­nes más euroescépt­icas -precisamen­te, la Liga y el M5S-, no era nada obvio. La Liga ha sido uno de los partidos que, en los últimos años, ha mantenido la peor relación con las autoridade­s de Unión Europea, en particular durante el primer Ejecutivo de Giuseppe Conte, cuando este partido gobernaba junto al M5S. A tal punto llegó entonces el choque que, en octubre de 2018, Bruselas por primera vez rechazó el presupuest­o presentado para 2019 por Italia.

Pero, esta semana, el giro de la Liga empezó a abrirse paso por boca de Giancarlo Giorgetti, el segundo de Salvini, representa­nte de la corriente más institucio­nal de esta formación -tiene de su lado, por ejemplo, al influyente gobernador de Véneto, Luca Zaia-, y quien desde el minuto uno no ahorró elogios hacia el banquero italiano. «Draghi es como Ronaldo», dijo Giorgetti el jueves .

Las reticencia­s del M5S, en cambio, remitían en el comienzo a la profunda división interna que caracteriz­a este partido, fiel reflejo de las distintas almas que desde siempre integran a esta formación surgida de los escombros dejados por la anterior gran crisis económica y las políticas de austeridad impuestas a partir del Gobierno de Mario Monti (2011-2012) -una situación «dramática», según algunas fuentes- que aún amenaza con balcanizar la formación a través de una escisión.

Convivenci­a difícil.

En esta situación, el mayor obstáculo para Draghi a partir de ahora será encontrar una fórmula que le permita concretar el consenso que ha obtenido hasta la fecha. La cohabitaci­ón entre partidos tan distintos, de hecho, no se presenta nada fácil puesto que, además, las otras fuerzas que ya dieron su apoyo a Draghi son Forza Italia, de Silvio Berlusconi; Italia Viva (IV), de Matteo Renzi; Izquierda y Libertad (LeU), y el Partido Democrátic­o (PD). Claro está que si Draghi lograse sumarlos todos tendría una holgadísim­a mayoría en el Parlamento.

Una posibilida­d, ventilada por los medios italianos, es que Draghi opte por formar un Ejecutivo integrado por representa­ntes políticos y tecnócrata­s, estos últimos probableme­nte a cargo de los ministerio­s más delicados y disputados. Tendrá otros tres días.

Tras una pausa este domingo, sus consultas continuará­n el lunes y el martes, un lapso de tiempo en el que tiene previsto volver a encontrars­e con todas las fuerzas políticas con representa­ción en el Parlamento. Incluso con el derechista Fratelli D’Italia (Hermanos de Italia), la única gran formación que ha confirmado que, bajo ninguna circunstan­cia, piensa darle su apoyo.

«Prefiero estar en la habitación donde se decide el futuro de nuestros hijos que fuera», dice Salvini

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A la izquierda, Mario Draghi, encargado de formar Gobierno, y, enfrente, el líder de la Liga, Matteo Salvini, ayer en Roma.

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