Una victoria a la desesperada
El Huesca, colista del campeonato, tuvo contra las cuerdas al Real Madrid, que consiguió remontar de forma agónica con dos goles del defensa Varane después de sendos rechaces
El día después de que Zidane estallara en una reivindicación airada ante su cuestionamiento casi permanente, su equipo salvó al límite otra hornada de críticas. «Era muy importante volver a ganar hoy, sabemos las dificultades que estamos teniendo», dijo el entrenador francés después del partido.
Consiguió ganar el Madrid ante el Huesca, colista de La Liga, pero gracias a dos goles del defensor Varane, y los dos después de sendos rechaces. Los blancos empezaron perdiendo y volvieron a rozar otra derrota trágica en una temporada marcada por una irregularidad, incompatible con las aspiraciones al título.
Tras el fulgurante inicio de partido del Huesca, con fiereza en la presión y llegadas al área de Courtois, creció el dominio del Madrid. Generar peligro y ocasiones era harina de otro costal.
La sensación de que a los de Zidane les cuesta horrores convertir su dominio en goles abruma a un madridismo que, viendo los problemas ante el colista liguero, no se esperan nada bueno de lo que viene por delante en la temporada, empezando por la próxima eliminatoria europea.
Apenas unos destellos de velocidad de Vinicius le dieron alternativas a un Madrid gris, como el cielo que jarreaba sobre El Alcoraz. Disfrutaron los blancos de buenos minutos, también con un solvente Modric, pero llegó al descanso sin conseguir inquietar al Huesca.
Como el inicio del partido, cuando sumó tres disparos en los primeros tres minutos, el segundo tiempo empezó con un arreón del Huesca ante un frío Madrid. Primero fue un remate al larguero de Rico, a la jugada siguiente marcó Galán con un gran disparo cruzado entre un desbarajuste clamoroso de la defensa blanca. La tercera, casi seguida, fue una ocasión de Rafa Mir mejor que todas las que había generado el equipo de Zidane, de nuevo al larguero.
Aparecieron todos los fantasmas de los blancos, así se le veía a Zidane después del partido con un constante suspiro de alivio, sin atisbos de su cabreo de la previa: «Estoy muy satisfecho de cómo conseguimos la victoria, peleando y con carácter. Solo voy a hablar del partido», respondió sobre su reivindicación.
El héroe inesperado
El Madrid empató cinco minutos después, antes de comenzar su reacción, tras un gran lanzamiento de falta de Benzema que se estrelló en el larguero y voló por el cielo hasta congregar una legión de futbolistas casi sobre la línea de gol. Entre ellos se alzó el más alto, Varane, para rematar a gol.
La inmediatez del empate frustró las esperanzas de un Huesca que, a la hora de partido, estaba sometido al dominio del Madrid con más mordiente del partido, también con la inestabilidad defensiva de toda la temporada.
El Huesca mantenía intactas sus opciones de victoria, tantas como el Madrid en un partido de ida y vuelta, con opciones constantes en ataque para los dos equipos. El gol de la victoria llegó en los últimos diez minutos, después de un cabezazo de Casemiro que rechazó Álvaro Fernández hacia la zona del goleador Varane, el héroe inesperado de El Alcoraz.