Coto a los alquileres salvajes en Berlín
La ciudad ha puesto en marcha una ley para limitar los arrendamientos. Un vecino de la capital alemana gasta como inquilino el 36% de sus ingresos, frente al 60% de los barceloneses.
«A partir del próximo diciembre solo estará obligado a pagar la siguiente cantidad». Cientos de miles de berlineses recibieron en las últimas semanas del pasado año una carta de sus arrendadores con el mensaje que abre este texto. Es la consecuencia de la entrada en vigor de la segunda fase de la ley de límites en los alquileres de las viviendas en la capital alemana. Las cartas, sin embargo, también suelen incluir la siguiente advertencia: «Le recomendamos que reserve la diferencia entre el precio contractual y la reducción provisional del alquiler a causa de las incertidumbres legales ».
La ley, aprobada por el tripartito de socialdemócratas, verdes y poscomunistas que gobierna en Berlín, está recurrida ante el Tribunal Constitucional; sus detractores –partidos conservadores y asociaciones de propietarios– consideran que la normativa rebasa las competencias del gobierno de la ciudad-estado y que viola el derecho a la propiedad privada recogido por la Constitución. Aunque la justicia ha rechazado varias solicitudes urgentes de freno a la ley, expertos recomiendan a los inquilinos conservar el dinero que ahora se ahorran: si el tribunal falla en contra de la ley, previsiblemente tendrán que reembolsarlo.
Unos 350.000 hogares ya se benefician de la segunda fase de la ley, según la Asociación Inquilinos
Berlineses, el mayor lobi de arrendatarios de la ciudad. La primera fase entró en vigor en febrero de 2020, cuando un millón y medio de alquileres ya quedaron congelados al nivel de junio de 2019.
A partir de 2022 solo podrán subir un 1,3% anualmente, y desde diciembre, aquellos contratos de alquiler que estén un 20% por encima de los límites permitidos. Los propietarios están obligados a informar a sus inquilinos de la rebaja y a llevarla a cabo; de lo contrario, se enfrentan a multas.
En 2015, el Parlamento federal ya aprobó una ley de freno de los alquileres, según la que los nuevos contratos de arrendamiento solo podían superar un 10% el precio medio de la zona de la vivienda. Pero no fue suficiente para frenar los precios en Berlín.
La comparativa
En Barcelona, con un salario medio de 1.400 euros mensuales, un inquilino tiene que pagar una media de 959 euros de alquiler; el 60% de sus ingresos. El porcentaje para alquiler en Berlín asciende al 36% del salario medio (2.536 euros). Así se desprende de un estudio de Christoph Trautvetter, académico especialista en legislación inmobiliaria y justicia fiscal. ¿Podría funcionar la ley berlinesa en Barcelona? «No son situaciones comparables porque España no tiene un marco legal del arrendamiento como el de Alemania, y porque el porcentaje de propietarios allí es mucho mayor que aquí», aclara Reiner Wild, secretario general de la Asociación Inquilinos Berlineses.
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