ERC suscribió el veto para blindar su campaña del espantajo del tripartito
Los republicanos firmaron la iniciativa, impulsada por una escisión de la ANC, pensando en atraer a indecisos y abstencionistas del ‘rerepaís’
Un grupo de miembros de la cúpula de la ANC se citó en el Castillo de Cardona el pasado 27 de diciembre para anunciar su dimisión y crear una nueva organización: Catalans per la Independència. Leyeron un manifiesto contundente contra la entidad liderada por Elisenda Paluzie, a quien acusan de «malbaratar el 1-O», y dieron la bienvenida a otra plataforma: «La ANC no nos sirve y no queremos continuar esperando el cambio».
Esta nueva organización había pasado inadvertida hasta que sus impulsores consiguieron aunar a los partidos independentistas que concurren al 14-F bajo un mismo texto con una premisa muy clara: no pactar con el PSC en ningún caso. El objetivo del escrito es estimular la movilización del electorado a favor de la desconexión ante el temor a que el covid desaliente la participación el domingo.
JxCat tardó poco en dar escasa credibilidad a la firma de ERC en este polémico documento. La formación de Carles Puigdemont ha basado buena parte de su campaña en el espantajo de un tripartito de izquierdas. De ahí que su presidenciable, Laura Borràs, lanzase ayer en una rueda de prensa en la agencia Efe nuevas sospechas sobre el crédito de Esquerra, citando para ello los acuerdos con el PSOE en Madrid e, incluso, el hecho de que el candidato republicano, Pere Aragonès, no sea quien estampe su firma en el texto. Para Junts es clave mantener vivo el mensaje de que votar a ERC puede hacer ‘president’ al socialista Salvador Illa.
«Ningún cordón sanitario, solo poner negro sobre blanco lo que venimos diciendo durante toda la campaña». Este es el resumen que hace un alto cargo de ERC sobre el manifiesto anti-PSC. Opinión que coincide con la expresada ayer por Aragonès. «Llevamos dos semanas recordando que el PSC se manifiesta con la ultraderecha, como en octubre de 2017, y que, además, aún no se ha sacudido la sospecha de que, si lo necesita, recurrirá a los votos de Vox para llegar a la presidencia de la Generalitat», sostiene la misma voz, que califica a los socialistas catalanes de «enemigo», con un modelo «opuesto» al suyo «y que acudirá a quienes han encarcelado» a sus líderes «por alcanzar el poder».
Esta y otras voces del partido distinguen entre el PSC y el PSOE. «Al PSC, ni agua», sentencia otra fuente para explicar por qué se puede pactar con los socialistas una mesa de diálogo y unos Presupuestos Generales del Estado y, en cambio, participar de un veto común a sus correligionarios catalanes. Y es que los republicanos entienden que el abandono, por parte del PSC, de la defensa de la autodeterminación y su alineación con PP y Cs, por ejemplo, en la presentación de recursos ante el Tribunal Constitucional, les aleja de los socialistas.
La intrahistoria de la firma republicana es corta. «A media tarde del miércoles entraron en la sede unas personas, que venían de las oficinas del PDECat, que están enfrente, y que fueron atendidas por el jefe de campaña, Sergi Sabrià, un estrecho colaborador de Aragonès y otro cargo del partido. Se leyeron el texto y, como era lo que veníamos diciendo, firmaron. Sin más. Entonces, Aragonès iba en coche a un mitin en Manresa y por eso la firma la estampa Sabrià», narra una voz de ERC. Aragonès declaró ayer que no tiene inconveniente en firmar él mismo el texto.
Táctica electoral
Hay, evidentemente, una marcada razón táctica. «La mayor frontera de voto y franja de indecisos está entre JxCat y ERC. Y la continua apelación de Junts de que preparamos un tripartito afecta a votantes nuestros, que se desmovilizan o cambian de papeleta», dice un cargo republicano. Otro añade: «Como los que no quieren ver ni en pintura al PSC son muchos más que los que abogan por una entente, y como el texto dice lo que se ha dicho en campaña, firmamos».
Esta maniobra preventiva de ERC tiene como foco el ‘rerepaís’. «Mucho electorado nos ve muy iguales a nosotros y a JxCat. Son independentistas y buscan papeletas independentistas y se retraen a la visión del espantajo de un tripartito», aseveran en la sede de Calàbria, acera Besòs.