Casado y su nueva realidad del 1-O
Protagonistas de aquella jornada en la Moncloa y la dirección del PP niegan que el partido pidiera al actual líder que diera la cara el día del referéndum.
El 1 de octubre de 2017 se hizo muy largo en la Moncloa. El comité de crisis, compuesto por una decena de personas, estuvo reunido durante todo el día en dos salas al lado del despacho del entonces presidente, Mariano Rajoy. En la sede del PP, no había tanta concurrencia. Según se informó entonces, Fernando Martínez-Maillo, coordinador general, estuvo en su despacho con algunos asesores de prensa. Días atrás, recuerdan ahora antiguos colaboradores de Rajoy, ya se había decidido que la política de comunicación la coordinaría la Moncloa. Y cuando todos los medios, también los extranjeros, empezaron a narrar las cargas policiales para impedir el referéndum, se reafirmaron en la estrategia: el Ejecutivo era el único que podía dar respuesta a lo que se estaba viviendo.
La gravedad de las imágenes llevó a Sáenz de Santamaría a hacer, ya al mediodía, una primera declaración, en la que dijo que todo era «una farsa». Por la noche salió el propio Rajoy para afirmar que había sido «una mera escenificación». La política de comunicación de aquel histórico día ha vuelto a primera línea porque Pablo Casado, actual presidente del PP, aseguró el martes en RAC1 que él se negó a dar la cara por su partido. Entonces era el vicesecretario de comunicación y, pese a mostrar entonces la misma dureza que el resto de sus compañeros contra el independentismo, ahora ha dicho que no quiso salir a defender al Ejecutivo porque no estaba de acuerdo con su estrategia para impedir el referéndum.
Sus palabras han sorprendido a los protagonistas de aquella jornada. En ningún momento, Rajoy, Maillo o la secretaria general y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, le pidieron a Casado que saliera ante las cámaras a analizar la jornada. Consultadas por este diario, algunas de las personas que estuvieron en la Moncloa y en Génova aquel día lamentan que el actual presidente haga ahora una enmienda a la totalidad de la política contra el independentismo de Rajoy cuanto entonces no mostró ninguna duda. Varios de aquellos dirigentes y asesores de comunicación, consultados por este diario, no quieren cargar en público contra él por el delicado momento que atraviesa el PP por el juicio de la caja b y el mal resultado que pronostican las encuestas en Catalunya.
Recado de Feijóo
Ayer, en Telecinco, Casado insistió en afirmar que «las cosas se podrían haber hecho mejor» y «no se tendría que haber llevado a las fuerzas policiales a ese límite». Preguntado por este desmarque, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, señaló que «a nadie le gusta ver a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado teniendo que disolver las concentraciones», pero añadió que «la obligación de un Estado, cuando es atacado, es defenderse y hacer cumplir la legalidad, que es lo que se hizo en Catalunya aquel domingo». El recado, por la vía gallega, le ha llegado.