‘Impeachment’: el horror en imágenes
Juicio político a Trump por el asalto al Capitolio. En los tres primeros días del proceso, los demócratas han armado sus argumentos en contra del republicano con crudos vídeos y audios, muchos inéditos, del ataque que han expuesto toda la dimensión de los incidentes protagonizados por seguidores del expresidente.
Después de tres días los fiscales demócratas cerraron ayer la presentación de su caso contra Donald Trump en su segundo impeachment. A la espera de la respuesta de la defensa del expresidente y de la posterior votación de los 100 senadores, donde de momento se sigue augurando una exoneración, quedan ya para la historia los argumentos metódicos, contundentes y, también, gráficos. Porque los demócratas han hecho de la imagen y el sonido un pilar fundamental, revelador, memorable y tan profundamente emocional y doloroso como definitivo para señalar a Trump como el incitador de la insurrección que culminó con el letal asalto al Capitolio el 6 de enero.
Un demoledor vídeo de más de 13 minutos, imágenes y audios inéditos y las proyecciones de tuits y discursos de Trump a lo largo de los años o de declaraciones de sus seguidores y de la turba han expuesto como las palabras solas difícilmente habrían conseguido toda la dimensión del horror del asalto, lo cerca que estuvo de convertirse en una tragedia aún mayor. También han apuntado claramente a la responsabilidad de Trump, a su falta de remordimiento, a su resistencia a apagar el incendio que había provocado y a cómo desde que era solo un candidato, en 2016, fue abonando el terreno del recurso a la violencia. «Era su modus operandi», ha dicho este jueves Jamie Raskin, que dirige la acusación demócrata.
Aviso de violencia
Algunas imágenes se exhibieron con un aviso sobre el potencial impacto en el público infantil por la violencia, el derramamiento de sangre y el sufrimiento. Otras se acompañaron de gráficos donde, intensificando la sensación de amenaza, un punto rojo mostraba lo cerca que la turba estuvo de los congresistas. Un vídeo inédito de la evacuación de Mike Pence se acompañó de uno de los tuits de Trump (marcados en este proceso como «pruebas de la acusación»), escrito dos minutos antes, señalando a su vicepresidente, así como del vídeo de uno de los asaltantes leyendo ese tuit con un altavoz.
La cadena conservadora Fox News ha dejado de transmitir en algunos de los momentos de las proyecciones. Algunos senadores republicanos intentaron esquivar las pantallas, mirando hacia cuadernos de notas, ocupándose con papeles... Pero las imágenes han estado ahí. Como en una película de terror, real y no de ficción, se vio a asaltantes recorriendo los pasillos gritando inquietantemente el nombre de Nancy Pelosi. Y el silencio se hizo ensordecedor en el Senado cuando se proyectó el vídeo de agresiones a policías, y concretamente uno donde un agente era aplastado y asaltado. Durante un minuto, a todo volumen, se escuchaban sus gritos angustiados.
Angustia y revelación
«Angustiosa» es precisamente como muchos senadores describen la experiencia que vivieron aquel día y que ahora suman piezas que completan el puzle. El trauma revive pero se reactiva también la indignación y la visceral rabia por lo ocurrido. Ese es, precisamente, uno de los objetivos que pretendían los fiscales demócratas.
«Te rompe el corazón y hace que los ojos se te llenen de lágrimas», explicaba Mitt Romney, protagonista de uno de los vídeos inéditos en el que se vio como un agente de la policía del Capitolio le salvó con sus indicaciones. «Estoy enfadada, alterada, triste», decía la senadora Lisa Murkowski apuntando al visionado como revelador de «la enormidad» de la amenaza que sufrieron. «Sabía lo que significaba correr por estos pasillos con mis colegas, pero no era consciente de todo lo demás que estaba pasando en el edificio», dijo.
El problema para los fiscales demócratas es que Romney y Murkowski son dos de los cinco republicanos que ya se sabía que barajan condenar a Trump. Solo uno más, Bill Cassidy, que votó contra la constitucionalidad del juicio político ha cambiado de parecer. Pero haría falta que los seis condenaran y que se sumaran a ellos 11 republicanos más. De momento, y por más que Biden dijera el miércoles que la contundente presentación demócrata «puede haber cambiado algunas mentes», ningún republicano lo ha confirmado.