BCN blinda la singularidad de Gràcia
Tras la revisión del catálogo, el ayuntamiento comienza los trámites para modificar el planeamiento y preservar así el patrimonio tangible e intangible de la zona, además de fomentar la creación 2.000 viviendas de protección.
Patrimonio pone las obligaciones y el planeamiento da los derechos. Vamos, que por mucha intención que recoja el nuevo catálogo patrimonial de Gràcia a la hora de proteger la singularidad, la memoria histórica, el paisaje y la identidad de los barrios del distrito, nada es posible si la norma no cambia. En diciembre de 2020, el plenario municipal aprobó las intenciones, o sea, el catálogo. Ayer, la comisión de gobierno del ayuntamiento dio el visto bueno para iniciar los trámites para modificar el PGM, o sea, la norma. La propuesta se presentará en la comisión de urbanismo el martes y antes de verano debería llevarse al pleno para su aprobación definitiva. El objetivo es hacer confluir intención y norma, y así dibujar la Gràcia de los próximos años: más verde y más sostenible, sin perder un gramo de tejido urbano tradicional e histórico. Y posibilitar, además, la creación de 2.000 viviendas de protección oficial.
Las intenciones empezaron con la revisión del catálogo de los barrios históricos del distrito (Vila de Gràcia, parte de la Salut, Vallcarca, Camp d’en Grassot y Gràcia Nova) tras el episodio de la casas de la calle de la Encarnació, que pilló al ayuntamiento con un inventario a proteger obsoleto, como poco. La idea de qué es y qué no es patrimonio lleva años en revisión. Antes primaba la monumentalidad, ahora se valoran por igual, o más, intangibles como la memoria histórica y los vínculos sentimentales de los vecinos con los espacios. Obviamente, lo monumental y artístico sigue siendo un elemento a proteger, pero no más que el verde o el tejido urbano que da personalidad a una zona. Así las cosas, hubo que hacer lo imposible para evitar la desaparición de las casas de la calle de Encarnació (memoria histórica, paisaje y vínculo con el barrio), pues no estaban protegidas por un catálogo pétreo. Lo dicho, en diciembre se alumbró un nuevo inventario con más sensibilidad por lo social, ambiental, comercial y lo intangibles.
Ahora hay que modificar la norma para poder proteger legalmente dicho patrimonio. De la propuesta de modificación del PGM se ha ocupado el despacho Jornet Llop Pastor, la consultoría técnica que ganó el concurso público convocado para ello. Sus medidas suponen «un antes y un después en cómo proteger a partir de ahora el patrimonio de la ciudad», a juicio de Janet Sanz, segunda teniente alcalde y responsable de Urbanismo del consistorio. Y el foco lo ponen en el paisaje urbano y en cómo crear vivienda asequible, aunque no les van en zaga las reducciones de las afectaciones planteadas.
El coche ya no es prioritario
Así, por ejemplo, desaparece la idea de ampliar calzada alineando las aceras en calles como Gran de Gràcia y Torrent de l’Olla porque el coche no es prioritario; sí lo era en 1976, fecha del actual PGM. No en vano el actual objetivo es reducir la movilidad rodada en el interior de Gràcia y apostar por el desplazamiento sostenible. El nuevo aparcamiento y los puntos logísticos de reparto de mercancía se concentrarán en la periferia, las calles que dibujan el contorno de la zona, como Riera de Cassoles, Travessera de Dalt, Escorial y Còrsega.
En lo que se refiere a los parámetros urbanísticos, el planeamiento se modifica para adaptarse a las condiciones del tejido urbano tradicional de Gràcia y preservar el patrimonio construido existente, no incentivar la substitución. Vamos, que se apuesta por el mantenimiento, la rehabilitación y la revitalización en detrimento del derribo y la nueva construcción. De hecho, se reconoce que toda la Vila de Gracia es un frente consolidado que no se puede corromper, pues es el principal rasgo paisajístico que configura su identidad.
La propuesta de cambio contempla también la creación de vivienda protegida: potencialmente unas 2.000. Y lo hace rebajando de 600 metros cuadrados de techo a 400 las parcelas de nueva construcción que deben reservar un 30% a vivienda asequible, y con otras medidas novedosas, como las remuntes pendientes, que solo podrán llevarse a cabo si se destinan a vivienda protegida al igual que la subdivisión de viviendas ya existentes. También se creará vivienda asequible en las plantas bajas de las vías que el proyecto de modificación considera residenciales; las que se califican de ejes de actividad no tendrán esta posibilidad ya que aquí se potenciará el comercio y las actividades terciarias. Entre las primeras figuran calles como Joan Blanques, Martínez de la Rosa, San Agustí y Santa Teresa; entre las segundas, Astúries, Puigmartí, Verdi y Milà i Fontanals.
Mejoras medioambientales
Además, el nuevo planeamiento contempla mejoras ambientales incentivando que todos los rincones posibles, por pequeños que sean, puedan contener verde. El problema en este apartado reside en la densidad del casco histórico de Gràcia y la ausencia de grandes parques, de manera que la modificación del PGM protegerá no solo el verde consolidado en el área pública sino también el que se encuentra en el ámbito privado, como pueden ser los patios y los interiores de manzana. E incluirá estándares ambientales de manera que los edificios y las calles a transformar introduzcan determinadas tipologías de árboles, levanten medianeras y cubiertas verdes, e introduzcan energías renovables, entre otros.
En definitiva, «defendiendo y protegiendo el patrimonio se está haciendo también un ejercicio de escudo cultural y social contra el riesgo de despersonalización de la ciudad con la garantía del mantenimiento de esta identidad». Palabra de Janet Sanz.
El objetivo es mantener el tejido urbano tradicional y fomentar la sostenibilidad El verde privado de interiores de manzana y jardines quedará amparado por ley