Expediente Piqué
Piqué ya tiene su expediente. No era para menos. Dijo Gerard que «el 85% de los árbitros son del Real Madrid. ¿Cómo no van a pitar a favor del Madrid?». Y se quedó tan ancho, para luego decir que él «respeta al máximo la labor de los colegiados». Claro, ya se ve… Como son del Madrid, según él, pues pitan a favor. Muy respetuoso todo.
No fue esta la única contradicción con Dj Mario. Habló de Bartomeu y Florentino. Y dijo que había echado de menos en el primero cosas que sí tiene el segundo. En concreto el «liderazgo». Gerard, el mismo que dijo hace unos años, indignado, que en el palco del Bernabéu se movían los hilos, se revela ahora admirador de la capacidad de mando del presidente del Madrid. «Te pueden gustar o no sus decisiones, pero es una persona que tiene un don de mando». Pocas cosas me sorprenden ya en el fútbol, pero este giro de guion de Piqué, un tipo que siempre me ha caído bien por su capacidad comunicativa, por tener opiniones propias y ser valiente al expresarlas, me ha pillado desprevenida. ¿Se estará haciendo mayor? ¿Planea montar algo en el Bernabéu?
Pensando en las cosas que pueden conectar a Piqué con Florentino, me encontré con otra perla. No le parece bien a Gerard que el programa de Movistar+ El Partidazo tenga a un analista exjugador del Madrid, Álvaro Benito, junto a otro ex (olvida lo que hizo en el Valencia) como Cañizares. Según él, al tener pasado blanco, -aunque Álvaro «habla increíble y sabe mucho de fútbol»- analizando las polémicas,« ¿qué van a decir? ¿con el histórico que tienen?».
Traslademos este ejemplo al campo. Si Piqué mañana se fuese a otro equipo, o cuando jugó en el Manchester, ¿debemos pensar entonces que al jugar contra el Barça, siendo tan culé, se meterá gol en propia meta? Metemos en el mismo saco a los futbolistas que cambian de equipo y sienten unos colores? Ah no, que ellos son profesionales... no como árbitros y comentaristas...
Efectivamente, Piqué está más cerca de Florentino del o que parecía. Solo había que cambiar los colores de la camiseta. Los comentaristas nunca les van aparecer bien sino dicen lo que ambos quieren oír. Y ni así.