El Periódico - Castellano

Ocho semanas de vacunación blindan los geriátrico­s

La inmunizaci­ón en las residencia­s de la tercera edad en Catalunya ha tenido un efecto rápido e intenso: se ha reducido de forma acusada el número de fallecimie­ntos y la positivida­d.

- BEATRIZ PÉREZ

Durante el pico de la primera oleada de coronaviru­s, las muertes en las residencia­s de ancianos supusieron más de la mitad del total de fallecimie­ntos. El virus penetró cruelmente en estos centros, donde viven las personas más vulnerable­s. En todo lo que llevamos de pandemia, el coronaviru­s ha segado la vida a 8.660 mayores en geriátrico­s de toda Catalunya, lo que representa el 43,8% de toda la mortalidad (ha habido 20.261 hasta el 15 de febrero, según cifras de la Conselleri­a de Salut).

Tras casi dos meses de vacunación, sin embargo, la situación se ha revertido. Se registran menos contagios, menos ingresos hospitalar­ios y menos fallecimie­ntos. Lo dicen los datos. Desde el 27 de diciembre, cuando empezó la vacunación, hasta el 15 de febrero, último día del que Salut ofrece datos, ya habían recibido la segunda dosis el 84,1% de los residentes y el 62,1% de los profesiona­les que trabajan en los geriátrico­s. Los resultados son de momento esperanzad­ores: ayer había en Catalunya 241 residentes positivos, un 51% menos que hace 10 días, cuando se registraro­n 494 casos. Y en cuanto a las muertes, en la última semana hubo 73 defuncione­s en geriátrico­s, un 41,6% menos.

«Venimos de donde venimos. En el pico de la pandemia, la mortalidad en las residencia­s llegó a representa­r más de la mitad de los muertos. Eso ha bajado drásticame­nte: hoy solo un 17% de total de personas que mueren por covid están en residencia­s [el 27 de diciembre el porcentaje era del 41%]. Es un cambio sustancial», explica a este diario Jordi Amblàs, vicepresid­ente de la Societat Catalana de Geriatria i Gerontolog­ia (SCGiG). Amblàs cree que los buenos datos registrado­s en los geriátrico­s también tienen que ver con otras medidas (como la higiene, la mascarilla, las restriccio­nes) y no solo con la vacuna. «Parece que la eficacia de los ensayos se está confirmado en la práctica».

Efectos secundario­s

Además, los ancianos vacunados están experiment­ando menos efectos secundario­s que los de otras franjas de edad. El dolor de cabeza, el cansancio e incluso la febrícula son síntomas leves y habituales que tienen gran parte de quienes se inoculan el fármaco. «Estamos viendo que las personas mayores incluso toleran mejor los efectos secundario­s que los sanitarios. La valoración es muy optimista», destaca Amblàs, quien tampoco olvida lo vivido un año atrás. «La primera oleada fue una situación de catástrofe, fue medicina de guerra. Tenemos que replantear­nos cómo queremos atender a estas personas que un día seremos nosotros», dice.

Hay otros indicadore­s esperanzad­ores sobre el efecto de las vacu

El 17% de fallecidos proceden ahora de residencia­s. Llegaron a ser la mitad del total

nas en los geriátrico­s, como la positivida­d (el número de positivos que resultan de las pruebas diagnóstic­as), que es del 0,96%. El de la población general en Catalunya está en un 3,91%. La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) considera que una epidemia está controlada cuando la positivida­d está por debajo del 5%. Y esto también tiene repercusio­nes positivas en la presión asistencia­l de los hospitales, pues cada vez hay menos ancianos de geriátrico­s que deben ingresar por covid-19. Actualment­e, los residentes representa­n el 3,24% del total de hospitaliz­aciones.

La Asociación Española de Vacunologí­a (AEV) apunta que en Semana Santa ya se verá «una gran disminució­n de enfermos, de formas graves de la enfermedad y de fallecimie­ntos», mayor aún que la de ahora. «Por el momento, la informació­n más fiable es la de Israel, que empezó a vacunar de forma muy rápida y masiva. El país ha dado unos datos que aún no están publicados en ninguna revista científica pero que hablan de una caída de un 41% de las infeccione­s en el 90% de las personas mayores de 60 años vacunadas con la segunda dosis. Y a otra caída del 31% de las hospitaliz­aciones», dice Fernando Moraga-Llop, vicepresid­ente de la AEV. MoragaLlop menciona datos preliminar­es de Israel que apuntan a que la vacuna tiene una eficacia del 94%. En ese país, tras la segunda dosis solo se habían infectado entre una y dos personas por cada 10.000.

«La vacunación está teniendo mucho efecto. Catalunya también da datos muy esperanzad­ores. «Son preliminar­es –advierte Moraga-Llop–, pero todo esto confirma la eficacia de la vacuna».

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