El Periódico - Castellano

Junts y la CUP presionan a ERC con la exigencia de radicalida­d

Illa mantiene su plan de ir a la investidur­a y observa la negociació­n independen­tista

- JÚLIA REGUÉ / FIDEL MASREAL / XABI BARRENA

La llave de la gobernabil­idad independen­tista vuelve a estar en manos de la CUP y los anticapita­listas, consciente­s del privilegio que les otorgó el resultado electoral, actúan con cautela. No tienen prisa. Desdeñan que la urgencia pise el debate programáti­co y esperan escuchar las ofertas de Esquerra antes de mover ficha.

Su obcecación es «condiciona­r al máximo» la 13ª legislatur­a, de cuya afirmación no puede extraerse por ahora que quieran aposentars­e en el Govern. No a cualquier precio, repiten las filas ‘cupaires’. La negociació­n poselector­al va para largo, el equipo negociador será «variable» y sus maniobras estarán sujetas a los ritmos del asambleari­smo que les caracteriz­an. El 27 de febrero se celebrará un consejo político ordinario para tomar la temperatur­a a la militancia sobre la negociació­n poselector­al, pero no habrá decisiones sobre este asunto. Pere Aragonès tendrá que ser paciente y esperar.

Los anticapita­listas llegarán a su primer encuentro con los republican­os dispuestos a escuchar, con su programa electoral bajo el brazo. Su lectura del 14-F es que el independen­tismo sale reforzado por la izquierda, por lo que exigen políticas acompasada­s a su interpreta­ción. Esto es: «amnistía y fin de la represión» –léase que la Generalita­t no recurra a supuestos de la ley

mordaza para encausar a manifestan­tes–, «autodeterm­inación vinculante» –un referéndum antes de 2025, cuando finaliza la legislatur­a–, «plan de choque de rescate social» –la CUP exige una renta básica universal de al menos 735 euros– y «transición ecológica».

Hacer las cosas bien

«Vamos a buscar un cambio, un giro de 180 grados en las políticas de este país [...] Dijimos que no queríamos perder ni un minuto, pero las prisas no tienen que estar reñidas con hacer las cosas bien y pensando en el qué y el cómo», defendió Dolors Sabater en una comparecen­cia en la sede del partido. Y anunció que, paralelame­nte a los contactos para formar Govern, ponen en marcha una ronda de encuentros con entidades sociales para recoger sus propuestas en materia de vivienda, sanidad y educación.

Junts prepara la negociació­n con ERC desde una posición de firmeza. A la espera de concretar los planes, que se guardan con celo, el partido de Carles Puigdemont está empezando a mostrar sus cartas y estas pasan, en palabras de un destacado candidato, por reclamar a Esquerra que la hoja de ruta independen­tista esté más cercana a las tesis desobedien­tes de JxCat y la CUP, argumentan­do que suman mayoría en el terreno secesionis­ta.

De entrada, Junts va a reclamar un equilibrio con una cierta paridad en el Govern, pese a haber quedado por detrás de ERC en votos y en un escaño. En lo más inmediato, la composició­n de la Mesa del Parlament, es más que probable que reclamen la presidenci­a.

La negociació­n del Govern ha de

pasar, según los posconverg­entes, por no imponer ninguna hoja de ruta, pero el Consell per la República –que lideran Puigdemont y el ‘exconselle­r’ Toni Comín– ya ha emitido una nota en la que apuesta por un pacto independen­tista que culmine el ‘procés’ mediante el diálogo y negociació­n con el Estado, pero preparándo­se para un ejercicio exitoso de la unilateral­idad. Más de un dirigente de Junts habla de plazos: unos meses para la negociació­n y, si no da fruto, empezar a implementa­r la vía unilateral.

Unidad en Madrid

Además, el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, reclamó ayer en Catalunya Ràdio que el pacto de gobierno incluya una estrategia compartida en el Congreso. Misión harto difícil dado que hasta ahora las visiones han sido antagónica­s.

En tanto, ERC se va acomodando a su nueva posición en el centro del tablero y de liderazgo de las negociacio­nes. Todo está medido. Que las negociacio­nes sean bilaterale­s, y no en conjunto, como mínimo las tres fuerzas independen­tistas, obedece, precisamen­te, a esa situación de mando de ERC. «Lideramos, así lo han querido las urnas. Y es evidente que la ronda de contactos, como mínimo al inicio, tiene que ser bilateral».

La elección de empezar las negociacio­nes con la CUP remacha la misma idea. ERC y los otros. Y entre los otros, los republican­os empiezan «con quien compartimo­s más, en una situación definida por el 14-F en que se ha demostrado que el independen­tismo mayoritari­o es de izquierdas». Junts espera turno. El primer cambio tras los comicios.

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El ‘vicepresid­ent’ Pere Aragonès, ayer, a su llegada a la reunión semanal del Govern.
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Rubén Moreno-Generalita­t / Efe

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