Protestas, disturbios y saqueos tras entrar Hasél en prisión
Los Mossos detienen al cantante en la Universitat de Lleida, donde se había atrincherado para no ir a la cárcel En algunas manifestaciones contra su encierro hubo choques con la policía
El rapero Pablo Hasél ya se encuentra en la cárcel de Ponent. Su caso, sin embargo, sigue en la calle y sobre la mesa de las más altas instancias. Ayer por la tarde se convocaron una veintena de protestas contra su encierro y Podemos anunció que pedirá su indulto, una medida extraordinaria mientras toma forma la promesa del PSOE –su socio de gobierno– de modificar el Código Penal para eliminar los castigos penitenciarios por los delitos relacionados con la libertad de expresión.
Las marchas en apoyo al rapero fueron las movilizaciones más multitudinarias desde el estallido de la pandemia. La de Barcelona, tan numerosa que hacía imposible respetar las distancias covid, acabó con en graves altercados. Algunos manifestantes lanzaron botellas contra el cordón policial de los Mossos d’Esquadra que protegía la comisaría de la Policía Nacional. Al menos una joven resultó herida en los choques. Disturbios de intensidad similar se dieron en ciudades como Vic, Lleida y Girona.
En las redes sociales la noticia crispó a políticos, periodistas y artistas que mostraron su rechazo al encarcelamiento. Algunos, como el diputado de ERC Gabriel Rufián, incluso lo denunciaron contraponiendo su arresto a una manifestación fascista celebrada el pasado sábado en homenaje a la División Azul. La Fiscalía Provincial de Madrid también está investigando ese acto, en el que los participantes lanzaron graves proclamas contras los judíos. El caso Hasel tensiona de nuevo las costuras del viejo debate de los límites de la libertad de expresión.
Dispositivo de los Mossos
Los Mossos tenían orden de arrestar y trasladar a un centro penitenciario a Hasél y cumplieron con el cometido a las 8.30 horas. El rapero se había encerrado en el rectorado de la Universitat de Lleida en una acción que multiplicó el foco mediático y de allí lo sacaron agentes de la policía catalana. Entró en el coche patrulla gritando «mort a l’Estat feixista». Un dispositivo de la Brigada Mòbil (Brimo) había accedido al edificio a las 6.30 horas y, tras identificar a los seguidores de Hasél que lo protegían con sus cuerpos, llegó hasta el rapero y lo condujeron a prisión.
En su cuenta de Twitter, Hasél había acusado horas antes a los Mossos de venir a «secuestrarlo», al ‘conseller’ de Interior, Miquel Sàmper, de actuar como «cualquier españolista» y al Govern de «ayudar» al fascismo con las porras de sus policías después de pedir el voto a los catalanes para pararlo.
Hasél debía entrar en la cárcel el pasado viernes pero ya había anunciado su intención de no hacerlo porque ello sería «una humillación». El dispositivo de los Mossos, según fuentes policiales, se llevó a cabo sin cargas y con un único y leve incidente: los antidisturbios han sido gaseados con extintores al entrar en el rectorado.
Las cuatro condenas
Sobre Hasél pesan cuatro condenas distintas. Fue condenado a 2 años de prisión por enaltecer en sus canciones a grupos terroristas como ETA, Al Qaeda, Grapo o Terra Lliure. El Supremo suspendió el cumplimiento de esta pena. Años más tarde fue condenado a otros 2 años de nuevo por otra canción y sesen
ta tuits calificados de nuevo de enaltecimiento de terrorismo y también por injurias a la corona. Esta segunda condena fue rebajada por la Audiencia Nacional a 9 meses y ratificada por el Supremo. Es la que le ha llevado a prisión al existir los antecedentes de la primera. Hasél tiene otras dos condenas de 6 meses por agresiones. Ambas han sido recurridas.
Las reacciones al encarcelamiento de Hasél están siendo diversas. Al margen de las convocatorias de protesta, la sociedad civil y política catalana también ha expresado su rechazo. Uno de los que opinó sobre el asunto fue el líder de ERC Pere Aragonès, que subrayó que el actual Código Penal es «absolutamente anacrónico», porque, apuntó, «persigue la libertad de expresión y protege a la Corona más que a los ciudadanos».
El socialista Jaume Collboni también expresó su rechazo y pidió reformar el Código Penal. Podemos dijo que quienes «presumen de la plena normalidad democrática y se consideran progresistas deberían sentir vergüenza» con la detención.