Draghi apuesta por un amplio programa de reformas para «reconstruir» Italia
El nuevo primer ministro llama a la «unidad» de todos los partidos para acometer cambios en la educación y el sistema fiscal Defiende reforzar el europeísmo y priorizar la vacunación
Un homenaje a los muertos y a los parados a causa de la pandemia, una aceleración de la campaña de vacunación con la posible producción de dosis en Italia y una larga lista de las reformas a realizar «para saber dónde queremos estar en 2026, en 2030 y en 2050», sobre todo de cara a las nuevas generaciones. Los 60 millones de italianos pudieron finalmente escuchar ayer la voz de Mario Draghi, el nuevo jefe del Gobierno de Roma, tras la dimisión del gabinete de Giuseppe Conte por desavenencias entre los partidos sobre la gestión de los 209.000 millones de la UE para la recuperación.
El exdirigente del Banco Central Europeo (BCE) desgranó en el Senado el programa de su Ejecutivo, integrado por casi todos los partidos, en la primera de las dos cuestiones de confianza que debe superar. Los trámites arrancaron el lunes en el Senado y pasarán hoy a la Cámara de Diputados, aunque está previsto que obtenga el mayor respaldo de los últimos cuatro gobiernos. «Hablad solo cuando se produzcan hechos», había pedido a sus ministros. Con una voz sorprendentemente emocionada para un directivo internacional calificado como reservado y frío, proclamó que este será «el gobierno del país». «La unidad no es una opción, sino un deber», añadió. Entre el 50% y el 70% de los italianos, según un sondeo de Demos&Pi, ya le habían otorgado su confianza preventiva, a pesar de que a sus 73 años sea el político más anciano que preside el Ejecutivo.
Proyecto de legislatura
Draghi presentó en 51 minutos un verdadero proyecto de legislatura, como si debiese permanecer más tiempo en el candelero, a pesar de que su mandato inicial concluirá con las elecciones generales previstas para 2023.
«Cuando salgamos de la pandemia, ¡y saldremos!, ¿qué mundo encontraremos?», se preguntó Draghi, antes de destacar que la situación actual «no es un largo apagón de la luz, que un día volverá y todo será como antes». «Como sucedió en la posguerra mundial, tenemos la posibilidad, mejor la responsabilidad, de poner en marcha una nueva reconstrucción (…), buscando una recuperación cívica y moral, porque esta es nuestra misión: entregar un país mejor y más justo a los hijos y nietos», dijo.
El primer ministro italiano apostó por reforzar el europeísmo y, tal vez con la mirada puesta en los nacionalistas presentes en su gabinete, subrayó que «el euro es irreversible». «Sin Italia no hay Europa, pero fuera de Europa hay menos Italia», remachó, antes de apostar por la transformación del eje París-Berlín en un triángulo que comprenda Roma y por una consolidación de la colaboración mediterránea con España y los demás países costeros, comenzando por la inmigración.
Reforma fiscal
Draghi habló del coronavirus como el «enemigo de todos» y «la prioridad». Subrayó que la vacunación es la premisa indispensable para la recuperación económica, por lo que anunció que implicará a Protección Civil y al Ejército en la campaña de inoculaciones. La escuela, por su parte, retomará cuanto antes las clases presenciales para recuperar los meses perdidos y el periplo escolar del futuro se replanteará en base a «la experiencia adquirida».
Tras recordar los daños económicos a causa de la pandemia, Draghi detalló algunas de las medidas inmediatas que pondrá en marcha para acelerar la recuperación. Se ofrecerá trabajo a los parados, aunque muchos deberán reciclarse en otros puestos u oficios. No reabrirán todas las empresas cerradas –«sería un error ayudar indistintamente a todas»–, por lo que «habrá que acompañarlas en el cambio». Asimismo, consideró que Italia debe «superar la brecha laboral entre hombres y mujeres» y calificó como «farisea» la imposición por ley de las «cuotas rosas» en los organigramas laborales. «Se trata de garantizar las condiciones competitivas entre géneros», dijo.