Joan Antoni Mateo
PÁRROCO DE TREMP
La antigua gestora de la residencia de Tremp, la Fundación Fiella (de la que el párroco forma parte), ha enviado una carta, sin atisbo de autocrítica, a las familias de los 61 fallecidos en el brote de coronavirus.
«Esperemos que pronto se normalice la situación de la residencia y se nos retorne la gestión». Este es uno de los fragmentos de la carta que esta semana el patronato de la fundación Fiella ha enviado a los familiares de los 61 ancianos que fallecieron entre los meses de noviembre y diciembre en su residencia de Tremp (Pallars Jussà) tras un brote de coronavirus que incluso desbordó a la administración. El patronato, formado por el párroco de Tremp y el obispado de Urgell, defiende su gestión de «calidad» y no asume ninguna autocrítica, aunque define como «tragedia» los hechos ocurridos. La misiva ha generado un fuerte dolor a algunos familiares consultados: «Ni tan siquiera nos piden perdón», se quejan.
La carta fue emitida el pasado 15 de febrero, aunque algunos familiares de los fallecidos en el geriátrico la recibieron ayer. En ella, los responsables de la residencia Fiella defienden su gestión al frente de uno de los geriátricos más grandes de toda Catalunya, con 144 plazas. Prácticamente el 100% se infectaron de coronavirus, y el 42% de ellos murieron. Recuerdan que antes de que estallara el brote en el centro reinaba la «seguridad sanitaria» y aseguran que la masacre «nos tiene que ayudar a fortalecer el compromiso de servicio». De hecho, confirman su voluntad de «continuar ofreciendo un servicio de calidad a los abuelos» del Pallars para que estén «bien atendidos» con las «máximas atenciones».
Ahora, la residencia está gestionada por la orden hospitalaria Sant Joan de Déu a petición de la Generalitat, que retiró del mando a la fundación Fiella el 28 de noviembre. Según dice esta entidad en la carta, su gestión acabará el día 1 de marzo, aunque podría volverse a dejar en manos de Sant Joan de Déu 15 días más. Sin embargo la misiva deja muy claro que la voluntad de Fiella es la de recuperar «pronto» la gestión del geriátrico del que recuerdan «nadie saca una ganancia privada».
Ni una línea de disculpas
En la carta, el patronato habla del brote mortal como una «tragedia» y «sacudida», y dice lamentar «todo el sufrimiento» que les ha tocado vivir. De hecho, se incluyen como parte damnificada durante la masacre que provocó el coronavirus, usando la primera persona del plural cuando hablan del sufrimiento vivido durante la crisis sanitaria. También dan el pésame a los familiares. Dicen que «jamás» olvidarán a los fallecidos, y rezan para que «Dios les acoja y les de una eternidad feliz». Pero en ninguna de las 34 líneas del texto se menciona el perdón y mucho menos los errores cometidos.
«Ni tan siquiera nos piden disculpas, y ya dan por hecho que volverán a mandar en la residencia en marzo», se queja un familiar que recibió ayer la misiva. Otra familiar afectada añade: «Me genera una tristeza enorme que no se les pueda caer la cara de vergüenza con todo lo que han hecho». Hasta hoy la única institución que sí ha admitido errores y ha pedido disculpas a las 61 familias afectadas ha sido la Conselleria de Salut.
Los abuelos de la residencia de Tremp ya han sido vacunados del coronavirus y el centro se considera verde, es decir, sin ningún caso . Parece difícil que Salut pueda argumentar motivos sanitarios que justifiquen que la fundación Fiella siga apartada de la gestión. Sí podría influir la investigación que está realizando la Conselleria d’Afers Socials, de la que aún se desconoce el resultado. Y los Mossos están interrogando a los familiares, residentes y trabajadores del geriátrico para esclarecer si se cometió un delito de homicidio imprudente.