El Pumarejo pide ayuda y activa una campaña de micromecenazgo
El espacio autogestionado de L’Hospitalet, que funciona con voluntarios, debe recaudar 18.250 euros para una reforma obligada.
El Pumarejo, con las puertas cerradas desde el mes pasado, pide ahora auxilio impulsando un proceso de micromecenazgo para recaudar los 18.250 euros que le permitirían completar una reforma estructural y encarrilar su futuro. La campaña, a través de la plataforma GoFundMe, lleva reunidos más de 8.500 euros y se mantendrá abierta hasta el 8 de marzo.
A la sala autogestionada de L’Hospitalet, dedicada a conciertos y actividades culturales que operan bajo radar, la pandemia la sorprendió cuando tan solo llevaba cinco meses operativa. Desalojada en su día de Vallcarca, donde nació en 2016, emprendió en octubre de 2019 una nueva etapa que representó un endeudamiento de sus impulsores, ya que el local (que en los últimos tiempos había acogido a una iglesia evangélica) requería obras de renovación. «Desde entonces, el dinero que teníamos ahorrado ha servido para pagar el alquiler y para sobrevivir», ilustra
Pau Balaguer, uno de los siete responsables de la sala, todos ellos voluntarios sin sueldo. Los gastos fijos del local, aun estando cerrado, se sitúan en torno a los 1.500 o 1.600 euros.
Las reformas, que van avanzando a medida que entra el dinero de la campaña, incluyen una partida de 7.000 euros para la ventilación industrial. El Pumarejo opera como asociación cultural y está en conversaciones con el Ayuntamiento de L’Hospitalet para formalizar su licencia para acoger conciertos, un aspecto que quedó pendiente cuando llegó la pandemia. El consistorio colaboró en diciembre en el ciclo Sala L’H, junto a la asociación de salas (ASACC), que incluyó seis conciertos en El Pumarejo con aforos de 50 personas. Ahora, anuncia una actuación de reapertura para el 25 de febrero (con el grupo madrileño Club del Río) mientras confía en que la cifra de GoFundMe alcance su objetivo. «Pero, aunque no lleguemos a los 18.250 euros, conseguiremos el dinero, ya sea de nuestros bolsillos o de otra manera», dice Pau Balaguer. «Nuestra prioridad es la supervivencia de este espacio».