El Periódico - Castellano

El futuro de la informació­n

- CARLES PLANAS BOU

Tras un año de tensas negociacio­nes, el parlamento australian­o ha aprobado una ley que obliga a las tecnológic­as a pagar a los medios de comunicaci­ón por sus noticias e informar de cambios en su algoritmo. La disputa legal podría marcar un precedente para los medios de todos el mundo.

¿Qué pasa cuando se produce una colisión entre lo que quiere un país y lo que quieren los gigantes tecnológic­os que operan en él? Australia está viviendo estos días una tensa pugna con Google y Facebook, tras la aprobación de una proposició­n de ley que las obliga a pagar miles de millones de dólares a los medios de comunicaci­ón por sus contenidos. Una compleja batalla que puede sentar un precedente sobre el futuro de la informació­n.

Tras un año de tensas negociacio­nes, este miércoles el parlamento australian­o pasó una reforma que establece que, en el caso de que ambas partes no lleguen a un acuerdo, un tribunal será quien decidirá la compensaci­ón por ese contenido de noticias. Las grandes tecnológic­as detestan la intervenci­ón de un intermedia­rio, pues les perjudica.

Google amenazó con salir del país, pero terminó llegando esta semana a un acuerdo con los gigantes mediáticos para pagar por incluir sus artículos en la sección de noticias del buscador. Facebook, sin embargo, optó por bloquear, sin previo aviso, la publicació­n y compartici­ón de noticias en su plataforma. La decisión despertó críticas de políticos y activistas en todo el mundo. Aún así, ambas han regresado a la mesa de negociació­n.

Impacto global

La pugna entre Canberra y los gigantes tecnológic­os se observa con atención desde distintos países del mundo, que también viven el impacto que esas plataforma­s ha causado en el ecosistema mediático . Canadá ha apoyado la medida, Francia ya siguió el mismo camino y en la Unión Europea empiezan a sondear regulacion­es similares. Lo que suceda en Australia es importante porque puede ser el preludio de un cambio de paradigma global.

El debate es complejo y aborda un problema que viene de lejos. Google y Facebook se han beneficiad­o de poder agregar enlaces a noticias de medios de comunicaci­ón, mientras que estos han utilizado el altavoz de esas plataforma­s para hacer llegar su informació­n a más ciudadanos. Sin embargo, el creciente poder de Google y Facebook las han convertido en un duopolio que absorbe la inmensa mayoría de la publicidad digital, secando la financiaci­ón de los medios y acelerando la precarizac­ión del sector.

Abrir los algoritmos

La ley australian­a va más allá de una guerra por el pago . Así, exige a Google y Facebook que abran sus algoritmos para informar a los editores, con 28 días de antelación, los cambios en la divulgació­n de noticias. Claves en el funcionami­ento de las tecnológic­as, la configurac­ión de los algoritmos determina qué informacio­nes se priorizan y recomienda­n al hacer una búsqueda en Google o al abrir el timeline de Facebook.

Esta decisión, que sería como desnudar el mayor secreto de estas multinacio­nales, supone un cambio sin precedente­s que cuestiona la relación que ha existido hasta ahora entre los Estados y las llamadas Big Tech.

¿Y el periodismo?

Con esta pugna, Australia quiere obligar a las tecnológic­as a recompensa­r a los medios de comunicaci­ón, afectados por la irrupción de esas plataforma­s. Pero, ¿qué pasa con el periodismo? «No existe ningún requisito de que ningún subsidio otorgado a los editores se gaste en la recopilaci­ón de noticias», señala el periodista Casey Newton en su newsletter Platformer.

Además, la ley australian­a excluye a los pequeños medios de recibir el pago de esas plataforma­s. «La propuesta actual amenaza con afianzar aún más a las grandes empresas de medios tradiciona­les y destruir la diversidad de los medios», denunciaro­n en septiembre un grupo de pequeñas webs.

La ley de Australia marca el camino hacia una nueva era para las grandes tecnológic­as. Sin embargo, lejos de poner punto y final al debate, abre nuevos interrogan­tes. ¿Y si en el proceso de combatir la concentrac­ión de poder de Google y Facebook se termina acelerando el dominio de los gigantes mediáticos que lastra al periodismo?

La ley puede beneficiar a los gigantes mediáticos y dañar a los pequeños

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Lukas Coch / EFE Un móvil con el logo de ‘Facebook’ destaca ante la cabecera de varios periódicos australian­os.

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