Esenciales sin vacuna
Lourdes Gómez PALENCIA
Como trabajadora de un supermercado quiero expresar cómo estamos. Nos estamos olvidando de que hemos sido y somos un sector esencial que no ha parado en ningún momento. En marzo cuando el país se paró y lo más importante era la salud, sentimos muchísimo miedo, salimos al campo de batalla sin medios, sin mascarillas, sin guantes. Pero teníamos que estar ahí para servir y parecía que nuestra salud no contaba. Hicimos horas y horas, y pasamos angustia, incertidumbre, pero no fallamos a nadie. Han pasado los meses y hemos sufrido las olas que nos han venido, y como esenciales seguimos ahí, en la primera línea. No nos afectan las restricciones, ni los horarios; seguimos siendo los que nunca paramos. Somos un sector expuesto totalmente al virus. Las restricciones se aplican para que nos cuidemos, para que tengamos menos riesgo al contagio, para que estemos menos expuestos, pero en nuestro caso no nos aplican ninguna restricción, no podemos teletrabajar y alguien se olvida de que a nosotros también nos preocupa nuestra salud y la de los nuestros.
Los contagios en esta ola se han disparado, y uno de los motivos es porque no se han hecho bien las cosas: el ciudadano no acude al médico cuando tiene los síntomas, no se hacen las pruebas, no cumplimos las medidas de distanciamiento y mascarilla y, lo peor de todo, nos saltamos las cuarentenas. Y ese ciudadano entra a comprar al supermercado y nosotros estamos ahí para atenderle, con él riesgo que presupone para todos. Ahora estamos pasando mucho miedo. Cada vez notamos que el virus está más cerca, que nos ronda, que se aproxima, pero seguimos sin fallar a nadie. No podemos decir lo mismo del Gobierno. Escuchar que se nos vacunará por edad y no por sectores nos desilusiona. Si somos esenciales no deberíamos asumir el riesgo del contagio. Deberían cuidarnos para que estemos ahí y no fallemos.