«Barcelona podría ser el Silicon Valley de Europa»
EL PERIÓDICO realiza, con Barcelona Global, entrevistas a personas que han elegido BCN. Son profesionales extranjeros que por experiencia y creatividad aportan una visión diferente de la ciudad.
Robin Lokerman tiene 58 años y vive con su esposo Bojan entre Barcelona y Singapur desde 2017. Originario de los Países Bajos, residió en Bruselas durante 22 años y, después de un largo tiempo en Singapur, Bali, Nueva York y Dubái, se instaló en Barcelona. De naturaleza emprendedora, Robin es uno de los fundadores y miembro de la junta de MCI Group - la Global Engagement and Marketing Agency-. Trabaja medio año en Asia, desde su residencia en Singapur, y los otros seis meses lo hace en Europa, desde Barcelona.
— ¿Por qué escogió Barcelona?
— Mientras buscábamos una segunda casa en Europa, nos fijamos en Ámsterdam, Berlín y Barcelona. Finalmente, escogimos Barcelona por el clima, la proximidad al mar y el estilo de vida relajado. También encontramos un ático fabuloso con unas vistas impresionantes de la ciudad.
— ¿Qué aspectos de la ciudad destacaría como positivos?
— Barcelona es una ciudad cosmopolita, pero muy habitable. Nos encanta caminar e ir en bici por los diferentes barrios y disfrutar de su arquitectura. Nos gusta la capacidad que tiene la ciudad para atraer gente de todo el mundo, su vida social, sus increíbles restaurantes y, por supuesto, la playa. Sin embargo, lo más importante para mí es la luz. Pocos lugares tienen un cielo azul tan hermoso como Barcelona.
— ¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo?
— Los delitos menores, como los de carteristas, crean una sensación de inseguridad, especialmente en los barrios del Born, el Gòtic y el Raval y, también, en el metro. El Gobierno debería cambiar las leyes para reducir este tipo de delitos. También creemos que los grafitis abundan demasiado y que se debe hacer más para solucionar el tema de las personas sin hogar.
— ¿Cuáles son los puntos fuertes de la ciudad para superar la crisis generada por el covid-19?
— Después del covid-19, cada vez más personas podrán trabajar de forma remota y elegir dónde vivir. Después de viajar por todo el mundo, pensamos que Barcelona ofrece una excelente infraestructura y una muy alta calidad de vida. Pero si el entorno fiscal fuera más atractivo para emprendedores e inversores y hubiera menos burocracia, la ciudad albergaría muchas más empresas. Además, con sus excelentes centros educativos y estudiantes de todo el mundo, Barcelona podría convertirse en el Silicon Valley de Europa.
— ¿A qué retos se enfrenta la ciudad una vez remitida la crisis sanitaria?
— La cuarta revolución industrial, acelerada por la crisis del covid-19, tiene la capacidad de dejar atrás a mucha gente y debemos asegurarnos de que todas estas personas reciben el apoyo necesario. También me preocupa la alta tasa de desempleo entre los jóvenes. Primero, debemos mejorar las plataformas de reeducación y facilitar su adaptación y, en segundo lugar, asegurarnos de que todas reciban un ingreso mínimo vital. También necesitamos estimular el espíritu empresarial a medida que las empresas consigan crear nuevos puestos de trabajo.
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