Tender puentes
A lo mejor habría que hacer un planteamiento profundo de cómo afecta en la sociedad el hecho de que cada vez que llega un gobierno, lo primero que hace es una reforma de la ley educativa anterior. Sea como sea, entre unos y otros se han ido cargando poco a poco la filosofía, la literatura, la música y la ética. ¿Para qué, verdad? Si en los tiempos que corren nada de eso es necesario, ¿para qué leer a los clásicos?, ¿para qué queremos el espíritu crítico, el pensar por uno mismo que fomentan filosofía y ética?, ¿para qué necesitamos la sensibilidad de la música si ya tenemos la tecnología?
Seguramente con más gobernantes cultivados en estas materias, algo cambiaría. Porque lo que sobran son tuiteros, tertulianos y youtubers. Solo hay que oírlos en los Parlamentos, tanto el estatal como los autonómicos, para ver el nivelazo que hay; insultos, ataques personales, falta de respeto y de entendimiento, incoherencias, sectarismo y comentarios machistas, racistas u homófobos.
Lo que a lo mejor no se han parado a pensar es que la baja calidad educativa que ellos fomentan, sumada al ilustre ejemplo que ellos nos dan, más la grave situación sanitaria, económica y social dan lugar a una sociedad que ahora mismo está tan desquiciada, tan perdida y tan polarizada que ir hacia el abismo es más que una posibilidad, y los tiempos de paz pueden convertirse en un mero recuerdo. ¿Pueden sentarse a dialogar e intentar reconducir y reconstruir todo lo que se ha venido abajo? Está dentro de sus obligaciones. Será que tender puentes solo es para los filósofos. ellos. Gobierno y oposición en el mismo gobierno, todos juntos, unos al lado de los otros. Cabe recordar que el presidente Sánchez prometió una y mil veces que nunca pactaría con Pablo Iglesias, y ahora resulta que si no quieres caldo, pues dos tazas. Y el vicepresidente Iglesias tanto tiempo hablando en tono despectivo de «la casta», y ahora ya forma parte de ella y se beneficia.
En cuanto a los partidos que apoyan al Gobierno, es como si en el mismo corral hubiera gallos, gallinas y zorros, y todos sabemos cuáles son los partidos que representan a estas últimas. Y eso, en mi opinión, no puede terminar bien; sino, tiempo al tiempo. La política se ha convertido en una lucha de intereses donde se priorizan los personales y partidistas por encima del bien común. Y los políticos, bien para conseguir el poder bien para mantenerlo, hacen todo lo que sea necesario, incluso vender su propia dignidad. Y eso es lo que nos van demostrando día tras día.
No me cansaré de repetir que, en los momentos actuales, lo que el país necesita es un acuerdo en los temas esenciales entre el PSOE y el PP. Haciendo esto demostrarían una madurez política que el país les agradecería.