Messi vale por seis delanteros
Empezó Leo mal la Liga. No estaba nada lúcido en el remate. En las 10 primeras jornadas había marcado solo cuatro tantos. En las últimas siete jornadas sumó 11 goles el capitán.
A Leo Messi, torturado como anda desde el verano pasado porque quiso irse del Camp Nou y no le dejaron, le costó ajustar el punto de mira. Acostumbrado a ser siempre preciso, tuvo el capitán que pasar un imprescindible duelo deportivo, atormentado, además, por la soledad que tenía en el ataque desde la marcha de Luis Suárez, su amigo, compinche y socio en el ataque durante más de un lustro en el Camp Nou. Necesitó Leo pasar esos momentos de incomprensión deportiva en un vestuario nuevo y en un equipo nuevo, por mucho que sus acompañantes en la delantera fueran los de los últimos años. O sea, Griezmann y Dembélé, junto al refuerzo invernal, firmado en febrero de 2020, de Braithwaite.
Tardó Messi en encontrarse a sí mismo. Más incluso de lo que él hubiera imaginado. En las 10 primeras jornadas del campeonato tan solo marcó cuatro tantos, pobres cifras para quien de nuevo es el Pichichi de la Liga, con 18 tantos, con dos de ventaja, precisamente, sobre Luis Suárez, el hombre de la primera vuelta liguera. Eran días de topar con el portero de turno o de disparar fuera como si el GPS que lleva incrustado en su bota izquierda se hubiera extraviado. Y, tal vez, para siempre. Y el incipiente Barça de Koeman, enredado en sus tradicionales problemas defensivos, pagaba, además, muy cara la extraña falta de eficacia de su faro.
Resurgir en 2021
Parecía que Messi se había quedado en Lisboa, atrapado por la nostalgia de un pasado deprimente que no le deja opción apenas de tener futuro alguno en el Camp Nou. Llegó, en cambio, el año 2021, incluidos los 10 días trágicos (Sevilla, Paris SG y Cádiz), y el capitán rescató la puntería perdida como ha acreditado en las siete últimas jornadas firmando 11 goles y destapando, al mismo tiempo, uno de los grandes problemas estructurales que frenan al Barça. Está Messi, que lleva 18 goles en 22 partidos de Liga, y luego hay seis delanteros (Griezmann, Ansu Fati, Trincão, Dembélé, Braithwaite y Coutinho) que suman 19 tantos. Entre los seis uno más que Leo.
Pedía Koeman que las vacas sagradas, no utilizó ese término sino que se refirió a los «más experimentados», sacaran las castañas del fuego. No hablaba, claro, de Messi. «Si hablo de los mayores no es Leo porque su efectividad y su juego todavía es impresionante. Es más gente mayor la que debe marcar diferencias. Él sí ha vuelto a demostrar que es un jugador muy importante para este equipo», recalcó el técnico tras el triunfo sobre el Elche, con dos goles del capitán. No dio nombres Koeman, pero abordaba la tradicional crisis goleadora de Dembélé (solo dos tantos en la Liga, uno en noviembre, otro en diciembre), superado por Trincão (tres) e incluso por Ansu Fati, que es el tercer máximo realizador en el campeonato, a pesar de que sufrió una grave lesión de rodilla ante el Betis el pasado 7 de noviembre.
A punto de cumplir el cuarto mes de baja, el joven se mantiene en el podio de los más eficaces con sus cuatro goles en la Liga, a pesar de que se ha perdido 17 jornadas. Necesita Koeman que los otros delanteros no dejen tan solo a Messi en la producción ofensiva. Necesita que Griezmann, seis goles en la Liga y solo tres de ellos en las 14 últimas jornadas) ayude al capitán en esa valiosa tarea porque el Barça se enfrenta a la frontera que determinará su futuro inmediato. Tanto en la Liga, con la visita mañana al Sánchez Pizjuán, como en la Copa del Rey (llega el Sevilla el miércoles al Camp Nou con una cómoda renta de 20), donde los goles de Messi quizá no resulten suficientes. Mientras, Leo va a lo suyo. Marcando por él y por los demás, sosteniendo al titubeante Barça de Koeman.
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