El covid obliga a correr la Volta a ‘puerto cerrado’
La ronda catalana se disputará del 22 al 28 de marzo, sin público en las llegadas y salidas, por el trazado diseñado para el 2020 cuando se aplazó la carrera.
La Volta a Catalunya espera disponer de todos los permisos por parte del Procicat para disputar la carrera entre los días 22 y 28 del próximo mes. La dirección de la prueba ya se ha comprometido a correr a puerta cerrada; es decir, con las salidas, las metas, incluidas las dos llegadas en alto, clausuradas al público.
La prueba tratará de evitar que los ciclistas lleguen al centro de las principales ciudades incluidas en un recorrido que es el mismo que debían haber superado los corredores en 2020, cuando la carrera fue suspendida en plena fase crítica del confinamiento de la pasada primavera. A diferencia de otras carreras de una semana, incluidas en el circuito World Tour, es decir la primera división del ciclismo, la Volta prefirió no acortar días de competición y ser trasladada al verano de 2020, tal como sucedió con el Critérium del Dauphiné o la Tirreno-Adriático. La ronda catalana, el año pasado, celebraba la edición número 100 y la organización prefirió mantener los siete días de carrera y buscar la misma solemnidad en 2021.
Burbuja de carrera
Sin embargo, no queda otra que mantener el cierre de salidas y metas e impedir que los aficionados no solo puedan concentrarse en las principales zonas del recorrido, sino acotar al máximo el contacto entre corredores y público. Por esta razón se creará una burbuja de carrera, similar a la organizada el año pasado en el Tour, Giro y Vuelta, con vallas y vigilancia alrededor de los aparcamientos de autocares y coches de equipos.
«Ya hemos estipulado todas las medidas sanitarias, siguiendo el protocolo de ASO», explica a este diario Rubèn Peris, máximo responsable de la carrera, que desde hace unas temporadas está incluida dentro de las pruebas coordinadas por ASO, propietaria del Tour y de la Vuelta. La zona de llegada se alejará del centro de las ciudades de Calella (primera etapa) y Manresa (quinta) y tampoco el público podrá acceder a la meta de los dos finales en alto de Vallter 2.000 y Port Ainé. «Volveremos a acabar en Montjuïc, pero a diferencia de años anteriores se creará una burbuja alrededor de la montaña y solo se podrá acceder si se está acreditado», añade Peris.
Todo el personal de la organización como colaboradores de la carrera, al igual que los periodistas que seguirán la Volta, deberán someterse a pruebas PCR.
A diferencia de ediciones anteriores, cuando la Volta, sobre todo para contener gastos, concentraba el mayor número de equipos en un mismo hotel, este año se han espaciado y se ha tratado de evitar que más de dos escuadras pernocten en un mismo centro hotelero, lo que ha supuesto un aumento del presupuesto del orden del 20% «Cada equipo dispondrá de un salón para ágapes. La situación ha sido compleja porque en varias ciudades nos hemos encontrado, además, con muchos hoteles cerrados por la falta de turismo debido a la pandemia», cuenta Peris.
La Volta está considerada como una competición deportiva de carácter internacional; es decir, tiene la misma catalogación que un partido de Champions. Los corredores no se podrán tocar, solo podrán hablar con los medios informativos bajo estrictas condiciones, habrá muy pocos vips y el protocolo del podio será limitado.
En cuanto a la participación ya están confirmados Alejandro Valverde, Chris Froome, Richard Carapaz, Nairo Quintana, Enric Mas y Marc Soler.