El Periódico - Castellano

Peligro de desaparici­ón

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La idea de Carrillo, según manifestó en su cuenta de Twitter, era no competir en estas circunstan­cias, pero el equipo ha seguido entrenando. El castigo sería terrible para un club que estuvo en Segunda B hace apenas cuatro años. avanza. Ni siquiera esa amenaza ha frenado al Tàrrega, el único que ha anunciado oficialmen­te que no competirá.

comenta el antiguo central de la Grama y el Badalona, entre otros.

El técnico explica las dificultad­es de un regreso precipitad­o y teme las lesiones durante el primer mes.

advierte Cámara, que concluye con una sensata reflexión en plena batalla:

La del año pasado fue la peor clasificac­ión desde 1980, apenas tres podios, solamente sexto en el campeonato de constructo­res. Pero Ferrari es Ferrari siempre. Y ni en momentos tan bajos prescinde de una cuidada presentaci­ón donde los periodista­s de todo el mundo interrogar­on al jefe de equipo, Mattia Binoto, y a sus dos pilotos, Charles Leclerc y Carlos Sainz, en una cuidada puesta en escena entre el clasicismo italiano, y las gigantesca­s pantallas con las caras de todos los periodista­s al estilo Minority Report en el Salón de las Victorias de Maranello.

«Quiero ser campeón del mundo en cinco años. Y estoy en el mejor sitio para lograrlo», avanza Sainz, de 26 años, por si alguien pensaba que venía solo a cumplir el expediente. Ni siquiera le importa haber firmado un contrato por solo dos años (de momento). Está convencido de que se quedará y de que, en Maranello, le construirá­n un coche –el de este año se descubrirá en una semana– para ganar más pronto que tarde.

Desde 1968, Ferrari no disponía de una pareja de pilotos tan jóvenes; 23 y 26 años para el monegasco y el español. «Al final todo se hace para ellos, son los que aceleran y frenan, los que buscan los límites, son los tenores con una gran orquesta detrás», dice Binotto, confiado en que esta pareja le ayudará a remontar el vuelo en un año «en el que nos hemos centrado en mejorar el chasis, la aerodinámi­ca y el motor, sin olvidar que debemos trabajar muy duro ya en el coche de 2022, en el que cambia todo», dice realista el italiano.

No pelearán por el título, y eso suaviza, de entrada, la relación entre dos jóvenes talentosos y combativos pilotos, que disfrutan de toda la amistad que se puede dar entre pilotos de F-1. «Cuando luchemos por el título, ya pensaremos más cosas entre nosotros», asegura Sainz a su compañero y rival. Binotto sentó a su derecha a Leclerc, que afronta su tercer año en la Scuderia, y a su izquierda a Sainz, el nuevo, al que garantiza «un trato igualitari­o» en el equipo. «Trabajarán juntos para mejorar el coche, pero en el pista cada uno buscará sus límites». «¿Vas a intentar ganarme?», preguntó Charles al otro Carlos. «Sí, pero lo tengo difícil, pues se trata de mi primer año en el equipo, pero lo intentaré, sí, ¡claro que sí!».

Sainz sabe / que aún empleará algún tiempo en poder ser competitiv­o con el coche, «¿Cuánto? Esa es la pregunta del millón. Solo hay un día y medio de test por piloto, es fundamenta­l conocer el coche, ver sus límites, acostumbra­rte al equipo... Lo que sí puedo asegurar es que intentaré estar al máximo en la primera carrera del Mundial».

Y Binotto también lo cree. «Carlos no es un rookie. Lleva ya años en la F-1, ha cambiado varias veces de destino. Durante este tiempo ha conocido al equipo, ha trabajado con los ingenieros. Es muy competitiv­o y esperamos lo máximo de él», concluyó.

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