El Periódico - Castellano

De voluntaria a pionera del baloncesto africano

La entrenador­a australian­a Liz Mills es la primera mujer que ha clasificad­o a una selección masculina para un campeonato FIBA. Con su victoria frente a Angola, ha logrado colocar a Kenia en el Afrobasket 28 años después.

- MARC ESCOLÀ

A punto de sonar la bocina del pabellón de Yaundé, Kenia tenía en vilo a todos sus aficionado­s el sábado pasado. 28 años después tenían opciones de estar en el Afrobasket. Desde 1993, cuando Kenia organizó el campeonato, que los Guerreros (The Morans) no participab­an en el torneo continenta­l. El oponente a batir era Angola, una de las mejores seleccione­s africanas, ya clasificad­a, y a la que nunca antes habían derrotado. En el marcador, 72-73 abajo. Corría la última posesión del partido y el tiro forzado de Tylor Ongwae levantó a los pocos aficionado­s del recinto. Dentro.

Explosión de alegría en el banquillo de Liz Mills, que alzaba los puños consciente de su histórica gesta. De su mano, Kenia había certificad­o la clasificac­ión para Ruanda 2021. La entrenador­a de los keniatas había parado el partido minutos antes: «Estamos a cinco minutos de hacer historia, está en vuestras manos». Los jugadores siguieron con el guion de partido para llevar a su entrenador­a a lo más alto, pues con esta victoria se erigió en la primera mujer en clasificar a una selección masculina para un campeonato continenta­l de la FIBA.

No es nada nuevo que Mills se codee con África y sus equipos masculinos. La australian­a empezó su carrera como jugadora en su país pero rápidament­e se puso a entrenar distintos equipos de hombres. Licenciada en 2008 por la Universida­d de Sydney en Ciencias y Gestión del Deporte, se dispuso a viajar a Africa para ayudar de forma voluntaria al desarrollo del baloncesto. Llegó a Zambia y allí vivió sus primeras experienci­as de preparador­a en los equipos sub-20.

Esto y su colaboraci­ón en varios proyectos le valieron para que, cuatro años más tarde, fuera nombrada gerente de la academia deportiva en el Olympic Youth Developmen­t Center. Mills se encandiló con el país, pero quería continuar con su formación e hizo un viaje exprés a Australia para terminar el máster en coaching y poder seguir profesiona­lizando los banquillos africanos.

Al término de sus estudios regresó a África, esta vez para quedarse. Mills se zambulló en el baloncesto zambiano, aunque también de otros países como Namibia y Sudáfrica. Junto a su hermana gemela Vik Mills, organizaro­n un torneo navideño con el objetivo de expandirlo a otras zonas y fomentar el deporte, el liderazgo y las habilidade­s empresaria­les.

A su vez, fue contratada como asistente en Camerún y entrenador­a principal de un equipo de Ruanda, al que llevó a los campeonato­s nacionales. Este último éxito la impulsó a dirigir la selección masculina absoluta de Kenia.

A 13.500 km de casa, su dilatada experienci­a le ha facilitado la gestión de sus equipos, y ahora Mills ha decidido avanzar en el desarrollo de este deporte. En la actualidad es una de las personas que más trabajan el baloncesto africano, pues se dedica a elaborar informes de estadístic­as avanzadas y analizar los vídeos de muchos conjuntos del continente. También ha trabajado dentro de los programas de Basketball Without Borders en Johannesbu­rgo, impulsados por la NBA. Según apuntan medios locales, la aussie tiene como referente a Becky Hammon, la entrenador­a ayudante de Gregg Popovich en los San Antonio Spurs, que ya ha ejercido este año una vez como entrenador­a jefe.

«Me encanta la mentalidad de Kenia y el apoyo que los aficionado­s tienen para este equipo. Prometo que continuare­mos haciéndolo­s sentir orgullosos», anunció en unas declaracio­nes recientes, en las que también destacaba la hospitalid­ad recibida y el agradecimi­ento a la federación que le ha confiado esta gesta histórica. Si bien es cierto que durante su carrera se ha encontrado con algunos favoritism­os de género, Mills apunta que en África tienen una mentalidad más abierta.

Servir de inspiració­n

«Al principio algunos me miraban en plan, ¿qué diablos pasa aquí? Pero la situación se normalizó muy rápido y me sentí muy bien acogida. Sin ellos no estaría aquí», destaca en una charla con EL PERIÓDICO respecto a la primera impresión de la plantilla keniata.

Su sueño es servir de inspiració­n para otras personas: «Lo más importante es allanar el camino para la próxima generación de entrenador­as. Es importante que las federacion­es y los clubs confíen en las mujeres, porque podemos demostrar que somos capaces de hacerlo bien», expone Mills después del emocionant­e partido del sábado. Ella lleva tiempo demostránd­olo. Su gran trabajo ha llevado a los Morans a los bombos del sorteo de un Afrobasket que tendrá su inicio el 24 de agosto en Ruanda.

«Lo importante es allanar el camino para la próxima generación de entrenador­as», dice

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Fiba Liz Mills, junto a sus jugadores y ayudantes, en una foto promociona­l de la selección de Kenia.

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