El Periódico - Castellano

Barcelona pierde población por primera vez en la última década

La emigración -las personas que se han marchado de la ciudad- se ha incrementa­do un 8%, mientras la inmigració­n -las que llegan- ha bajado un 43,7%.

- HELENA LÓPEZ

Por primera vez en nueve años, Barcelona no solo no ha roto su tendencia a ir ganando paulatinam­ente población, sino que ha perdido habitantes: 13.094 personas entre el 1 de enero y el 1 de octubre del 2020, según indica esa mina llamada padrón municipal. Cifras en absoluto alarmantes pero sí curiosas que han llevado a la Oficina Municipal de Datos (OMD) a elaborar el informe -provisiona­l, destacan- El movimiento migratorio en Barcelona en tiempo de covid.

El estudio explica este descenso de población por tres factores, ninguno de ellos baladí. El primero, la sobremorta­lidad por la pandemia (unas 3.000 personas). El segundo, la parálisis en la llegada de inmigrante­s y, el tercero y el que centrará esta informació­n, las personas, de unos sectores sociales concretos -de clase media-altaque han decidido instalarse en sus segundas residencia­s. «Más que irse, se llevan la ciudad bajo el brazo, gracias al teletrabaj­o, la educación a distancia y las compras online», parafrasea­ba al geógrafo Oriol Nel·lo el concejal Jordi Martí el jueves, cuando presentó el informe a los periodista­s, después de insistir en que hay que tener mucha prudencia con el análisis de estos datos, ya que no saben si se consolidar­án tras la pandemia o se volverá a la fotografía inicial.

Menos alumnos

Esta ligera disminució­n de la población ya se dejó entrever a principios de semana, en la presentaci­ón del mapa escolar para el próximo curso, en el que ya se hablaba de 870 alumnos menos. El cambio de tendencia en los flujos migratorio­s es más que evidente. La emigración -las personas que se marchan de la ciudad- se ha incrementa­do un 8%, mientras que la inmigració­n -los que llegan- ha bajado un 43,7% (han emigrado 28.152 personas y han inmigrado 23.469).

Muchos de los que dejaron la capital provenían de los barrios con más poder adquisitiv­o

La hipótesis con la que trabajan desde la OMD es que de estos 13.000 empadronad­os menos, entre 3.000 y 5.000, son los que han decidido empadronar­se en la segunda residencia, aunque, como señala Martí, «es muy difícil saber quién solo ha hecho el cambio administra­tivo debido a las restriccio­nes de movilidad, para poder ir a las segundas residencia­s y quienes realmente han decidido instalarse allí».

Estas entre 3.000 y 5.000 personas que han migrado -al menos administra­tivamente- dentro de Catalunya provienen esencialme­nte de zonas con un nivel de renta alto. El estudio analiza la emigración que ha tenido como punto de destino los municipios situados en los tramos atípicos -es decir, municipios turísticos donde predominan las segundas diferencia­sdonde se hace evidente que los barrios de donde han salido más residentes son de alto nivel de renta.

Padrón líquido

Es el caso de Pedralbes, Tres Torres, el Putxet i el Farró, la Vila Olímpica y Diagonal Mar. En el otro extremo, y confirmand­o la tesis, las áreas en las que se han registrado las menores tasas de emigración se ubican en Nou Barris, el distrito con renta más baja.

Cabe destacar que el segmento de la población que ha optado por empadronar­se en las segundas residencia­s, para empezar, las tiene (detalle no menor). Dicho esto -una obviedad pero que no está de más recordar- se trata de personas que disponen de buenas conexiones, tanto a internet como en número de vehículos privados por familia, lo que hace que sea difícil saber si realmente han dejado de vivir en la ciudad o si simplement­e aprovechan la facilidad del teletrabaj­o -a más sueldo, más posibilida­des de teletrabaj­ary disfrutar del tiempo libre dejando un «uso muy fluido» entre la ciudad y el municipio de la segunda residencia (pese a que, durante mucho tiempo, esta fluidez estaba prohibida, excepto si estabas empadronad­o en esa segunda residencia, claro). Hecha la ley, hecha la trampa.

En cuanto a los municipios en los que estos barcelones­es han decidido empadronar­se -falta confirmar si para quedarse a vivir allí definitiva­mente o solo para capear el temporal en un entorno menos gris-, son variados, aunque destacan los de un marcado perfil turístico o de segunda residencia, como L’Escala, Sant Pol de Mar, Sitges y Roda de Berà en la costa, o Bellver de Cerdanya y La Pobla de Segur en el interior. El informe destaca también el incremento significat­ivo de emigrar hacia municipios con poca población (menos de 5.000 habitantes) y fuera del área metropolit­ana, rompiendo otra tendencia. En los últimos años era habitual dejar la ciudad por localidade­s grandes del área metropolit­ana en la que los alquileres eran algo más asumibles.

Barcelona empezaba 2020 con 1.666.772 empadronad­os y llegaba a octubre de ese mismo año con 1.653.678.

Se emigra más a municipios con poca población y de fuera del área metropolit­ana

La zona de la que menos gente se ha ido es Nou Barris, el distrito con la renta más baja

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Lluís y Laura, con sus hijos, en la zona comunitari­a de la casa del Maresme a la que se han mudado.
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Anna Mas
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En casos por cada mil habitantes Vila Olímpica Diagonal Mar

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