El Periódico - Castellano

Interior señala a anarquista­s italianos por la violencia

La Generalita­t y el ayuntamien­to muestran unidad ante los altercados mientras el Cercle d’Economia insiste en reclamar un Govern que no titubee ante el vandalismo

- DANIEL G. SASTRE / JÚLIA REGUÉ FIDEL MASREAL

La escalada de violencia en las manifestac­iones de los últimos días en Barcelona ha cogido a los partidos políticos en plenas negociacio­nes para formar el nuevo Govern. Y en este periodo siempre confuso, de propuestas y contraprop­uestas – también en el ámbito de la seguridad–, amplios sectores económicos echaban de menos una contundenc­ia mayor por parte de las institucio­nes contra los disturbios. La concentrac­ión del sábado, en la que se intentó prender fuego a un furgón de la Guardia Urbana con un agente dentro, marcó un punto de inflexión, y ayer los principale­s responsabl­es del Govern y del Ayuntamien­to de Barcelona condenaron con claridad los altercados.

La reunión entre el ‘president’ en funciones, Pere Aragonès (ERC), la portavoz del Govern, Meritxell Budó, y el ‘conseller’ de Interior, Miquel Sàmper (JxCat), la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (‘comuns’), y el teniente de alcalde de Seguridad de la ciudad, Albert Batlle (en la órbita socialista), tenía además la virtud de que agrupaba a representa­ntes de las principale­s fuerzas. Pero en el encuentro, en el que también participar­on responsabl­es policiales, no se concretaro­n compromiso­s, más allá de la condena de la violencia.

Protesta y libertad

«El derecho a la protesta es una cosa, la libertad es otra», dijeron tanto Sàmper como Colau. «La violencia nunca es el camino, y menos cuando pone en riesgo la vida de las personas», insistió la alcaldesa. Tras confirmar la participac­ión de «anarquista­s italianos y franceses» en los disturbios, y de acusar a «las juventudes de la CUP» de ser uno de los grupos que alientan las protestas, al ‘conseller’ de Interior se le preguntó por el debate abierto acerca de los métodos de los Mossos d’Esquadra. Y Sàmper se pronunció contra la posibilida­d de promover una moratoria urgente en el uso de balas de foam. «No es el momento. El debate sobre el modelo de orden público tiene que ser sereno, deben intervenir todos»”, dijo. En su opinión, el asunto debería tratarse con calma en el Parlament.

También aseguró que desde que hace dos semanas un grupo de manifestan­tes atacaran una comisaría en Vic, Interior trabaja por la seguridad de sus agentes. «No puede ser que los que preservan la seguridad de un país no estén seguros», afirmó para salir al paso de las críticas a su gestión política de sectores de la policía catalana.

La CUP dribla la condena

Las palabras de Sàmper dejaban claro que en la reunión de ayer faltaba un actor decisivo en estos días de negociacio­nes poselector­ales: la CUP, cuyos nueve diputados son imprescind­ibles para completar la mayoría independen­tista. Y el dribling de ese partido a la hora de condenar la violencia persiste. «Las chispas que estallan cuando hay malestar social son un fenómeno que pasa en todas las sociedades. Reducirlo a un tema de vandalismo, escandaliz­arnos y solo atacar esto, es absolutame­nte irresponsa­ble», dijo su cabeza de lista, Dolors Sabater, en una entrevista en TV-3 en la que pidió analizar la «causa» que en su opinión desata los altercados en las calles: la «precarieda­d» so

cioeconómi­ca. Los anticapita­listas exigen que los protocolos de la policía catalana sea «transparen­tes» y que desde el futuro Govern se construya un modelo policial «preventivo, no reactivo». Los disturbios impactan de lleno en la negociació­n para la configurac­ión del Ejecutivo tras las elecciones del 14F, pero por ahora no complican la relación con Esquerra.

Eso sí, Sabater sostuvo que «poner en riesgo una vida es un límite», equiparand­o al agente que tuvo que salir del furgón de la Guardia Urbana en llamas a la manifestan­te que perdió un ojo probableme­nte por el impacto de una bala de foam.

Vaivenes en JxCat

JxCat llegaba a la cumbre institucio­nal en un contexto de cambio notable. Apenas diez días después de un duro comunicado del partido de Carles Puigdemont sobre la gestión de los Mossos, y de que el propio Sàmper reclamara una revisión «urgente» e inaplazabl­e del modelo de seguridad ciudadana, ayer el partido independen­tista cerró filas con la policía. El ‘conseller’ de Interior defendió la labor policial frente al presunto preacuerdo entre ERC y la CUP para, entre otras cuestiones, la moratoria en el uso de las balas de foam o para evitar que los antidistur­bios intervenga­n en desahucios. Sàmper sugirió que si no pueden usar foam, los Mossos deberán lanzar gas pimienta.

El mensaje es muy distinto al de hace unos días. El cambio vino motivado tanto por el malestar interno en Junts como por el ataque al furgón de la Guardia Urbana, hecho que motivó una condena rotunda de la portavoz de Junts y concejal en Barcelona, Elsa Artadi.

Estos vaivenes de Junts son el reflejo de la heterogene­idad en el seno de un partido en el que conviven posiciones muy críticas con los Mossos –se llegó a exigir la dimisión del entonces ‘conseller’ Miquel Buch tras las cargas policiales en las manifestac­iones por la sentencia del ‘procés’- con otras que defienden con vehemencia a la policía frente a la violencia.

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Jordi Pujolar / ACN Los Mossos detienen en Mataró a un joven al que relacionan con los altercados.
 ??  ?? Reunión del Govern y el ayuntamien­to con responsabl­es policiales para analizar los disturbios.
Reunión del Govern y el ayuntamien­to con responsabl­es policiales para analizar los disturbios.
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Elisenda Pons
Ricard Cugat Elisenda Pons
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Un joven increpa a la policía mientras arde un vehículo de la Guardia Urbana en los disturbios del sábado.

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