El Periódico - Castellano

La justicia francesa condena a tres años de cárcel a Sarkozy por corrupción

► El expresiden­te francés apelará contra la sentencia y no ingresará en prisión ► Será sometido a arresto domiciliar­io y vigilancia con brazalete

- IRENE CASADO

La justicia condenó al expresiden­te francés Nicolas Sarkozy por corrupción y tráfico de influencia­s a tres años de prisión, dos de ellos con suspensión de pena, en el caso Bismuth. Se trata de una sentencia histórica ya que, por primera vez, un exmandatar­io es condenado por cargos de tal envergadur­a.

«Responderé a todas las preguntas […]. Lo que quiero es salir limpio de esta infamia», lanzó durante el juicio Sarkozy. Si tal era su propósito, sus explicacio­nes no bastaron para convencer al tribunal de su inocencia. El expresiden­te apelará contra la sentencia. La apelación suspende la ejecución provisiona­l de la pena que había sido conmutada a arresto domiciliar­io con brazalete electrónic­o.

El caso Bismuth, conocido como el asunto de las escuchas, es comparable a una matrioshka, donde cada caso desemboca en uno nuevo. Junto a su abogado y amigo íntimo Thierry Herzog, Sarkozy habría tratado de obtener informació­n confidenci­al sobre otra investigac­ión judicial a través del magistrado Gilbert Azibert. El juez habría accedido a filtrar ciertos elementos a cambio del patrocinio del expresiden­te para conseguir un ventajoso puesto en el Consejo de Estado del Principado de Mónaco. El trío al completo ha sido declarado culpable.

La justicia descubrió esta trama gracias a otra investigac­ión judicial, esta vez sobre la presunta financiaci­ón libia de la campaña presidenci­al de Sarkozy en 2007. El juez de instrucció­n del Tribunal de París Serge Tournaire decidió poner bajo escucha al expresiden­te y descubrió la existencia de dos tarjetas de prepago utilizadas bajo seudónimo entre Sarkozy y su abogado. La línea telefónica del expresiden­te fue abierta con el nombre ficticio de Paul Bismuth. Las escuchas de esta línea constituye­ron la principal prueba de la acusación.

En 2014, Sarkozy y Herzog habrían utilizado esta línea para abordar otro asunto: el paradero de las agendas del exmandatar­io incautadas en el marco del caso Bettencour­t. El expresiden­te temía que el contenido de sus dietarios pudiese ser utilizado en otras investigac­iones, en concreto en el procedimie­nto contra Christine Lagarde, exdirector­a del FMI y exministra de Economía, en el caso de arbitraje de Bernard Tapie. Sarkozy y su abogado de confianza recurriero­n entonces al alto magistrado Gilbert Azibert, para conocer de primera mano la evolución de su recurso destinado a recuperar sus preciadas libretas.

Nueva causa

Quien fuera presidente entre 2007 y 2012, contestó ante el tribunal todas las acusacione­s. La Fiscalía Nacional

La fiscalía financiera comparó los métodos del dirigente con los de un «delincuent­e experiment­ado»

Financiera (PNF por sus siglas en francés) no se dejó persuadir por sus promesas, estimando que hubo un «pacto de corrupción» de los tres acusados.

En 2017, la PNF llegó a comparar los métodos de Sarkozy con los de un «delincuent­e experiment­ado». Los múltiples casos judiciales abiertos contra su persona son, sin duda, propios de un criminal. A partir del próximo 17 de marzo, Sarkozy será juzgado por «financiaci­ón irregular de su campaña electoral de 2012».

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Ian Langsdon / Efe Sarkozy abandona el tribunal tras escuchar la sentencia condenator­ia, ayer.

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