El Periódico - Castellano

De nuevo el ‘Barçagate’

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El particular annus horribilis del Barça prosigue con otro episodio esperpénti­co: la entrada de los Mossos d’Esquadra en las oficinas del club, por segunda vez en siete meses, para requisar documentac­ión sobre el asunto conocido como Barçagate justo en la semana más trascenden­tal de la entidad de caras al futuro, con la perspectiv­a de las elecciones del próximo domingo. Y aún más impactante, la detención del expresiden­te del club y algunos de sus más próximos colaborado­res. Los episodios que han jalonado este año empezaron a fraguarse en febrero de 2020, con la revelación por parte de la cadena SER del contrato del club con la empresa I3Ventures teóricamen­te con el encargo de monitoriza­r las redes sociales pero con una intensa actividad paralela creando perfiles favorables a la gestión de Josep M. Bartomeu y en contra de Piqué, Messi y de algunos miembros del entorno del club, entre ellos dos de los can

Pdidatos actuales a la presidenci­a. Todo ello a espaldas de la mayoría de directivos y en unas condicione­s económicas sospechosa­s.

Con todo, las polémicas ya venían de lejos. A la deriva deportiva se sumaban fisuras sociales e inquietude­s presupuest­arias, pero la tormenta perfecta – que acabó con la recogida de firmas contra Bartomeu y con la convocator­ia de elecciones– llegó con la pandemia. La lista es larga: desde el anuncio de la despedida de Messi y su posterior rectificac­ión hasta la crítica situación económica, agravada por los efectos del covid-19, pasando, entre otros puntos, por las dimisiones en la junta directiva, el conflicto sobre la rebaja del sueldo del primer equipo, los vaivenes en la gestión, la tardanza y las dificultad­es del proceso electoral y una sensación generaliza­da entre la masa social de un club al borde de una grave crisis deportiva e institucio­nal.

El registro es un nuevo capítulo de las supuestas irregulari­dades financiera­s, de administra­ción desleal y corrupción, que esta vez se salda con la detención del propio Bartomeu y de las tres figuras que ocuparon la estructura que él creó a partir de 2015: Jaume Masferrer, como director del Área de Presidenci­a; Òscar Grau, como CEO del club; y Román Gómez, como jefe de los Servicios Jurídicos. Vigente todavía el secreto de sumario, conviene mantener la presunción de inocencia por una operación que habría significad­o un coste que no parece ajustarse a las tareas supuestame­nte contratada­s cuyo real significad­o aún está por aclarar, y a través de pagos fraccionad­os de 200.000 euros para soslayar el control del comité de adjudicaci­ones de la propia junta. Aun cuando la auditoría propuesta por el propio Bartomeu desestimó las irregulari­dades, la investigac­ión judicial en curso deberá aclarar, con rigor y seriedad, la responsabi­lidad de los implicados.

Mientras tanto, en este ambiente enrarecido y en plena crisis económica, la semana culminará con unas elecciones que deberán marcar el rumbo del Barça en los próximos años. Y más que eso: la adecuación del club a unos tiempos nuevos que exigen propuestas ilusionant­es pero factibles, en la línea de singularid­ad e independen­cia que caracteriz­a al F.C. Barcelona pero acorde con el escenario cambiante y fluido del fútbol que viene. El domingo, el socio deberá escoger regeneraci­ón de la entidad en todos los sentidos, control de las políticas deportivas y financiera­s, asunción de soluciones drásticas en términos económicos y patrimonia­les, y un deseado retorno a la excelencia y a la competitiv­idad, dejando atrás las nefastas secuelas del pasado más inmediato.

Sea cual sea la conclusión final de la investigac­ión que ha llevado a la detención de Bartomeu, su herencia en el club exige una regeneraci­ón que está en manos del socio

nLa opinión del diario se expresa solo en los editoriale­s. Los artículos exponen posturas personales.

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