Los efectos del 14-F
El director general de Participació Ciutadana, Ismael Peña-López, celebró ayer que los datos hayan finalmente confirmado que durante la jornada electoral del pasado 14 de febrero no se dispararon los casos de contagio de coronavirus, pese a que muchas voces (políticas, científicas y sanitarias) alertaron de ese riesgo y desaconsejaron la celebración de los comicios. Peña-López lo atribuye a que el 14-F no se relajaron las medidas de contención, a que la seguridad en los puntos de votación fue extrema y a que la ciudadanía respondió con un alto sentido de la responsabilidad.
ude los contagios.
Acostumbrado a ver el vaso medio lleno, esta vez Simón destacó los puntos negros del momento actual. Pese a que el virus ha bajado con rapidez, ahora se está produciendo «una suavización del descenso» que podría estar vinculado a la prevalencia cada vez más importante de la variante británica, dijo.
Ocupación alta en las ucis
El epidemiólogo hizo más hincapié aún en que la ocupación de las ucis sigue siendo muy alta, del 28%, «lo que quiere decir que una de cada tres camas es para un paciente covid». «Es la misma ocupación a la que llegamos en el pico de la segunda ola», el pasado noviembre, recordó. Incluso lo fiestas ni manifestaciones», en referencia a las fiestas de Semana Santa y a las posibles movilizaciones por el 8-M.
En el conjunto de España, la incidencia acumulada a 14 días ha bajado a un índice de 175 casos por 100.000 habitantes. Todo un logro. Llevábamos por encima de esta cota desde el mes de agosto. Entre la segunda y la tercera ola no llegó a caer por debajo de los 189 casos. Madrid es ya la única comunidad autónoma que sigue en situación de riesgo extremo, con 284 casos. Catalunya se encuentra ya claramente por encima de la media, con 207
La ralentización a la que se refirió Simón se observa claramente en los datos correspondientes al pasado fin de semana. La incidencia ha caído a una media de 6 casos al día, mientras que en semanas anteriores el ritmo era del entorno de los 30 diarios. Puede ser la etapa previa al estancamiento que ya se observa en Catalunya o del inicio de una cuarta ola de la pandemia.
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