Sin sectarismos
Jaime Rodríguez CUNIT
Ahora que está en tela de juicio nuestra calidad democrática como país y la libertad de expresión está en pleno debate público y político, con jóvenes manifestándose por todo el país, muchos con algaradas, destrozos y actos de violencia, quiero nombrar a una persona a la que he conocido a través de un artículo. Se llama Martin Garbus y es un abogado norteamericano. Resulta que este señor lleva décadas defendiendo, pero de verdad y sin sectarismos, la libertad de expresión de personajes del mundo de la política, famosos y artistas. Garbus defendió a un grupo de neonazis para que pudieran manifestarse en un barrio judío de Nueva York. Fue a juicio, y lo ganó, para que pudieran ir a manifestarse allí. El detalle importante es que el señor Garbus es judío, y su familia emigró de Polonia a EEUU.
Ahora, la pregunta importante que les hago a todos esos jóvenes que se manifiestan, a políticos como los de Podemos o la CUP y a muchos lectores de este diario es si ellos también están dispuestos a llevar la libertad de expresión hasta las últimas consecuencias como el señor Martin Garbus. Porque veo que los que defienden a Pablo Hasél y a los que hacen enaltecimiento del terrorismo argumentando que eso es libertad de expresión son los mismos que dicen que debe judicialmente a los que enaltecen el franquismo o niegan la violencia machista, tal como propone hacer con una ley el Ministerio de Igualdad de Irene Montero. La libertad de expresión hay que defenderla tal como hace el señor Garbus, sin polarizaciones ideológicas ni sectarismos. Si no, no es la libertad lo que estamos defendiendo.