Evolucionamos a peor
Pere Garcia BADALONA
Parece que todo sea culpa del covid-19. Los millones de parados sin prestación, los millones que sufren exclusión social, las personas sin hogar, los recortes sanitarios, de educación y de investigación. Entramos en una mentira que no tendría ningún sentido si no sintiéramos la verdad como algo peligroso. Es como hacer trampas al solitario.
El ser humano apareció en la Tierra hace unos 200.000 años. Esto representa, si lo comparamos con un año, que hubiera aparecido el 31 de diciembre a las 23.38 horas; y hemos sido capaces de empeorar todo lo que hemos tocado. El ser humano sacrifica su salud para ganar dinero. Y cuando lo consigue
sacrifica su dinero para recuperar la salud. Vivimos como si nunca hubiéramos de morir, y entonces morimos sin haber vivido realmente nunca. Esto es lo que nos deja la situación actual. Muy a menudo amamos las cosas y utilizamos a las personas cuando deberíamos hacer al revés; utilizar las cosas y amar a las personas. Gastamos un dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para impresionar a gente a la que no importamos. Los gobiernos nunca aprenden. Solo la gente aprende. El pasado no nos dice lo que debemos hacer, tan solo lo que debemos evitar. Nacemos sin traer nada, morimos sin llevarnos nada, y aun así seguimos luchando por ser dueños de todo. Pero no podemos aceptar que todo esté predestinado. Entre otras cosas porque incluso las personas que dicen que todo está escrito y que no podemos hacer nada para cambiar el destino siguen mirando ambos lados antes de cruzar la calle (decía Stephen Hawking).
Nos hemos creído que este planeta es de un solo uso; la Amazonia, la Antártida, el agujero de ozono ¿no son razones suficientes para cambiar nuestra actitud? Oí una vez que las personas solo cambiamos por dos razones: porque han aprendido demasiado o porque han sufrido mucho.