El uso del patinete se dispara en el entorno de Barcelona
Los desplazamientos en vehículos de movilidad personal se cuatriplicaron entre 2017 y 2019, pero solo suponen el 0,4% del total. El AMB pide normas más claras y plantea un concurso para impulsar el ‘sharing’ metropolitano.
A años luz de los desplazamientos a pie, en coche, en moto, en bus o en metro. Y a miles de kilómetros de los que apuestan por la bici. Pero los patinetes o, por extensión, los vehículos de movilidad personal (VMP) van ganando terreno en la gran Barcelona. Según un estudio del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), entre 2017 y 2019, la apuesta por este transporte se multiplicó por cuatro, de los 10.000 movimientos diarios a los 40.000. Esa es la media, pero la encuesta de movilidad en día laborable estima que 118.000 personas son usuarias habituales u ocasionales del patinete. El problema, reza el informe, es que hay todavía demasiada confusión normativa.
Los VMP son un buen ejemplo de cómo la tecnología avanza más rápido que las ordenanzas y la infraestructura. La capital catalana fue pionera con una ley propia aprobada en 2017 que ahora la Dirección General de Tráfico ha adaptado y elevado al nivel estatal. Pero son mayoría los municipios que todavía no han incorporado este medio a su reglamentación y que siguen echando mano de lo que tienen establecido para la bici. En cualquier caso, la situación legal no parece que sea un freno, a pesar de que el AMB denuncia «discrepancias entre municipios» y que la normativa es «compleja y no siempre fácil de interpretar».
Calle limitada
Sí puede ser un obstáculo, no obstante, las restricciones de uso de la vía pública, ya que, en el caso de Barcelona, por ejemplo, tienen muy limitada la circulación por la calzada. Las observaciones realizadas en una quincena de puntos del entorno metropolitano, a pesar de las carencias, demuestran que el crecimiento es un hecho. Solo entre julio y noviembre de 2019, el aumento de los patinetes avistados fue del 150%, y en algunos lugares (también se contaron las bicis) había casi tanta gente en
patinete como ciclistas. A pesar de ello, el patinete solo supone el 0,4% de los desplazamientos totales, por el 1,9% de la bicicleta.
Todo esto sucede mientras sigue en el aire el papel que deben desempeñar las empresas de patinetes compartidos, que en el pasado intentaron entrar en la capital catalana a la brava y vieron cómo los servicios municipales iban retirando sus unidades y el consistorio les multaba por operar sin credencial (más de 13.000 sanciones, solo en 2019).
Del mismo modo que se hizo con el sharing de motos y bicis, este sector está a la espera de que el ayuntamiento establezca un reparto de permisos que deberá determinar, también, en qué lugares de la vía pública se pueden estacionar. Si es que se permite. Llama la atención que el resumen técnico del estudio realizado por la AMB defina de «hostil» la respuesta dada por el gobierno de Ada Colau a estas empresas. «Es necesario un concurso de licencias para resolver el momento de estancamiento actual», resume el informe. Lo que no termina de analizar el estudio es la conexión metropolitana en patinete, que a no ser que sean municipios con fronteras imperceptibles, como Barcelona y L’Hospitalet, es prácticamente nula.
Hombres de 30 a 44 años
En cuanto al perfil del patinador, el 54% realiza los desplazamientos por motivos laborales y el 46% lo hace por asuntos personales. La duración media de los viajes es de 15 minutos, la mitad de los usuarios tienen entre 30 y 44 años, y la mayoría, entre el 60% y el 70%, son hombres. Los usuarios de VMP, según el AMB, van menos a pie o en coche que la media de la población, pero sí apuestan más por la bici, la moto o el transporte público. El patinete, de hecho, es seguramente, junto con la bici plegable, el mayor y mejor exponente de la intermodalidad.
En su apartado de recomendaciones, los técnicos metropolitanos solicitan licencias metropolitanas de patinetes eléctricos compartidos. Resultaría curioso que naciera antes el sharing de patinetes que el de bicis. El Bicing metropolitano se intentó hace más de 10 años. Nunca prosperó.
El AMB califica de «hostil» la actitud del ayuntamiento con las empresas de uso compartido