El Periódico - Castellano

Renovables, ¿no, gracias?

A pesar del consenso social en la necesidad de dejar de consumir combustibl­es fósiles, las actuales formas de aprovecham­iento de las energías verdes no son inocuas: requieren minerales que, como el petróleo, son finitos y causan problemas de contaminac­ión

- GUSTAVO DUCH Gustavo Duch es coordinado­r de la revista ‘Soberanía Alimentari­a, Biodiversi­dad y Culturas’.

En años recientes, y más aún en los últimos meses, la aparición de muchos (y grandes) proyectos de instalació­n de parques eólicos y solares en el territorio está generando la aparición de muchas protestas e impugnacio­nes desde el mundo rural. La razón es simple: como en otras muchas ocasiones, estas comunidade­s sienten cómo se les imponen decisiones sin su participac­ión cuando serán ellas las que sufrirán las afectacion­es. Pero, ¿qué otros ángulos debemos incluir en este debate?

EL RECURSO O LA TECNOLOGÍA

Cuando se habla de un recurso renovable está claro a lo que nos referimos. Mientras el petróleo es un bien finito que tarde o temprano se agotará, el sol, el viento o las mareas, inclusive la energía geotérmica, son fuentes energética­s que pueden perdurar. Quemar petróleo, además, supone emisión de gases con efecto invernader­o con impactos cada vez más complejos y destructor­es, tanto que la Agencia Internacio­nal de la Energía, ya hace algunos años, recomendó dejar en el subsuelo las dos terceras partes de las reservas conocidas de todos los combustibl­es fósiles. Por todo ello, hay un consenso social en la necesidad de dejar de consumir petróleo.

Pero esta situación se complejiza cuando analizamos la tecnología y funcionami­ento de las actuales formas de aprovecham­iento de la energía del sol y del viento. Las placas solares y los molinos de viento que redibujan nuestros paisajes esconden en su interior la necesidad de unos materiales minerales que, como el petróleo, también son finitos. En algunos casos, son minerales tan escasos que se incluyen en una categoría conocida como tierras raras. De hecho, no solo la mecánica para extraer la energía depende de minerales finitos, el transporte de la electricid­ad con la que querremos cargar nuestros coches eléctricos significan muchos kilómetros de cobre. Y como son tantos, y como parece que serán muchos más, la pregunta es doble: ¿cuánto cobre está disponible y cuál es el impacto que provoca su extracción?

MINERALES IMPORTADOS

En este sentido las campañas de muchas entidades para darnos a conocer el origen del coltán que utilizan todos nuestros teléfonos móviles nos abren los ojos. El cobalto que se requiere en estas tecnología­s se encuentra en el Congo. Muy buena parte del cobre, en Perú y Chile. El litio de las baterías para almacenar la energía conseguida, en Bolivia, Chile, Argentina y parece que en breve en Portugal. Y esos minerales con nombres complicado­s de recordar son procesados mayoritari­amente en China.

En todos estos lugares, la acelerada extracción minera que supone abastecer a esta industria y sus usos provoca graves problemas por contaminac­ión directa de la tierra, agua y aire de la zona, requiere de un uso excesivo de agua que limita otros usos más esenciales como el de boca o el agrícola y genera graves problemas sociales como desplazami­entos forzados de comunidade­s, enfermedad­es por toda la toxicidad mencionada o verdaderos conflictos bélicos para el control de estos recursos.

LOS MOLINOS Y LA DEFORESTAC­IÓN

Es paradójico conocer que para construir molinos de viento verdes se deforeste la selva amazónica del Ecuador. Las palas del rotor de los molinos «están hechas en su mayoría de plástico reforzado con fibra de vidrio y madera de balsa unida con resina epoxi o poliéster», dice Peter Meinlschmi­dt, director del Instituto Fraunhofer de Investigac­ión de la Madera, Wilhelm-Klauditz-Institut, WKI, en Brunswick.

La balsa es un aŕ bol que crece en los bosques tropicales y en la actualidad, como denuncia la población indígena de Ecuador, está siendo explotada en grandes cantidades por capitales extranjero­s, sobre todo chinos. Y aunque es un árbol que crece con rapidez, más rápida es la demanda del material lo que, finalmente, provoca altas tasas de deforestac­ión de la selva y pone en peligro el clima y la vida sostenible (ellas sí) de estas comunidade­s.

LO IMPORTANTE ES EL USO

Sin minimizar la importanci­a de qué energético­s se utilizan y se consumen, cómo se los explota y procesa, así como quién controla la generación de energía, es trascenden­tal pensar para qué se emplea la energía. Si yo uso unos pocos decilitros de gasolina para mi motosierra, ¿hago un uso poco ecológico? Si con ella puedo hacer leña para pasar el invierno, está claro que no. Mayor atención debería de ponerse en este punto pero las administra­ciones lo ignoran ¿Necesitamo­s talar árboles para disponer en casa de un aspirador eléctrico cuando existen las escobas? ¿Necesitamo­s consumir petróleo para importar comida que podemos producir en nuestras tierras?

 ?? Josep Garcia ?? Molinos de viento en un parque eólico.
Josep Garcia Molinos de viento en un parque eólico.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain