Vuelta a una cierta normalidad
El lunes, 26 de abril, me pusieron la vacuna de Janssen. Como es una sola dosis, se entiende que ese hecho, añadido a mi inmunidad natural tras haber pasado el covid en marzo del 2020, garantiza mi tranquilidad y la vuelta a una cierta normalidad. Y digo cierta por dos razones: porque debo esperar a ver si la ruleta rusa de los efectos secundarios me toca a mí y porque el resto de nuestra sociedad dista mucho de llegar a la inmunidad de rebaño. Por lo tanto, toca seguir siendo solidario con los demás.
Solo hay dos maneras de combatir este virus: mediante la vacuna y con la sensatez y responsabilidad institucional y social. Al ir inyectándome la vacuna en el brazo, entraba también una dosis enorme de tranquilidad. Digan lo que digan los negacionistas, estas aportan tranquilidad y con el tiempo nos traerán la normalidad tan añorada.
Sigo animando a los poderes públicos para que millones de personas puedan ser vacunadas con la mayor rapidez. Es necesario que nos lleguen cuantas más dosis mejor y que toda la infraestructura sanitaria esté activada para ponerlas con la mayor brevedad posible. Ya estoy vacunado, el paisaje es mucho más bello. Vuelvo a lanzar el mensaje de que nadie puede ni debe renunciar a estarlo. Aún queda tiempo para seguir actuando con sensatez y solidaridad.
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