Barcelona veta definitivamente que se abran nuevas salas de juego
El pleno aprueba un plan especial que aumenta de 100 a 800 metros la distancia mínima entre estos negocios y los colegios. La oposición alerta de que el juego ‘online’ es ahora el mayor peligro.
Barcelona aprobó ayer de forma definitiva, en el plenario municipal, un plan que en la práctica impide que abran en la ciudad nuevas salas de juegos y apuestas, y que persigue, como en el caso de los hoteles en algunas zonas, que cuando uno de estos negocios cierre no pueda abrirse uno nuevo en su lugar. Como no tiene competencias para limitar el juego, el consistorio optó por echar mano de normas urbanísticas para hacer inviable la expansión del sector, por la vía de incrementar la distancia mínima de los locales con equipamientos de usos protegidos de 100 a 800 metros.
El propósito del gobierno de Ada Colau en esta cuestión se conoció por primera vez en octubre de 2019. Entonces, la comisión de gobierno anunció la suspensión de aceptación de comunicados para abrir nuevas salas de juego, bingos y casinos. El objetivo era ganar tiempo para redactar un plan que cerrase la puerta a más negocios de este tipo. En Barcelona hay en la actualidad 35 salas de juego, 15 bingos y un casino.
Previsible «decrecimiento»
En diciembre, la comisión de gobierno dio otro paso más y aprobó de forma inicial el plan de usos que fijaba los 800 metros como distancia mínima entre nuevos establecimientos de juego y cualquier centro educativo, es decir, escuelas infantiles, centros de educación infantil primaria y secundaria, bachillerato, formación profesional, centros de programas de formación y universidades. En el caso de las bibliotecas, los centros de servicios sociales, centros cívicos, los ‘casals’ de jóvenes y de barrio, los centros del Servei d’Ocupació de Catalunya y los centros de salud, la distancia mínima queda fijada en 450 metros.
Todas estas limitaciones suponen en la práctica que, como subrayó la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, habrá un «decrecimiento», porque, si cierra uno de los locales existentes, el nuevo debería cumplir las normas aprobadas ayer definitivamente, y el gobierno de Colau cree que ya no podría hacerlo.
Amenaza en expansión
El plan se aprobó con el voto favorable de los socios del gobierno, Barcelona en Comú y el PSC, de ERC y de Junts per Catalunya. Ciutadans, Barcelona pel Canvi y el PP se abstuvieron. La oposición expuso una matiz de peso considerable a la norma aprobada: no afecta en nada a un fenómeno en expansión, el juego on line. El concejal de ERC Jordi Coronas subrayó que, en el año de la pandemia, las webs de juego incrementaron sus beneficios en un 25%. Por Junts perCatalunya, Jordi Martí Galbís aplaudió la medida pero se preguntó por qué no se hace lo mismo con los clubs cannábicos.
Ciutadans justificó su abstención en que la norma es «un paso limitado», en palabras de Celestino Corbacho, al ser el juego online «el auténtico problema». Óscar Ramírez, del PP, y Eva Parera, de Barcelona pel Canvi, coincidieron en considerar que el gobierno municipal criminaliza al sector del juego. Parera recordó además que eso se contradice con el hecho de que las propias administraciones impulsen juegos de azar.
Por su parte, Colau celebró que Barcelona sea la primera ciudad de España en tomar la medida, aseguró que otras están emprendiendo este camino y agradeció su «liderazgo» en esta cuestión a la concejala de Salud, Gemma Tarafa.
Patinete con casco y seguro
Entre otras iniciativas, el pleno también abrió la puerta a que los usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP) acaben llevando casco. El grupo de Ciutadans presentó una proposición, acordada con los socios del gobierno municipal, que con toda probabilidad llevará a que dentro de un tiempo, más bien meses que años, los usuarios de patinetes se vean obligados a llevar casco.
La proposición aboga por reformar la ordenanza municipal para determinar que los usuarios de VMP lleven casco y elementos reflectantes, y dispongan de seguro de responsabilidad civil. Está por definirse la tipología de ese seguro, si se podrá echar mano de alguno que ya tenga el conductor o será uno específico. En la actualidad, solo están obligados a circular con casco los usuarios de VMP vinculados con una actividad económica, es decir, los que los alquilan a una empresa, así como los que empleen los vehículos de mayor tamaño.