Santi Vila trabaja en una candidatura para optar a la alcaldía de BCN
► El ‘exconseller’ plantea una nueva versión de Ciutadans pel Canvi ► Se integraría en coalición en una lista del PSC que podría encabezar Illa
Hace unos años, cuando Santi Vila despuntaba como ‘conseller’ de Convergència, el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo llamó para pedirle que fuera el nuevo candidato de CDC a la alcaldía de Barcelona, una piedra en el zapato del nacionalismo. Vila contestó que no estaba lo suficientemente preparado. A lo cual el ‘president’ le replicó: «¿Acaso Xavier Trias lo estaba, cuando se presentó?». Han pasado los años, las turbulencias del ‘procés’ y el juicio que también sentó a Vila en el banquillo. Su figura ha quedado asociada a la del díscolo entre los que llevaron a cabo el desafío al Estado. Ahora Vila, según fuentes cercanas al ‘exconseller’ y exalcalde de Figueres, trabaja ya en un empeño que le motiva: formar parte de una candidatura para desplazar a Ada Colau de la alcaldía de Barcelona. Consultado al respecto, el ‘exconseller’ guarda silencio.
La intención es que este proyecto se ponga en marcha en septiembre. La opción más plausible sería la de formar una candidatura de independientes, a la manera de lo que supuso Ciutadans pel Canvi para el socialista Pasqual Maragall, e integrarse probablemente en forma de coalición en la candidatura del PSC. Una candidatura que podría encabezar el exministro y reciente candidato a la Generalitat Salvador Illa, según diversas fuentes. El papel de Vila sería el de facilitar al PSC votos del espacio soberanista que de entrada serían reacios a apoyar a un candidato de un partido españolista, pero que podrían sumarse al mismo en beneficio de un objetivo prioritario: echar a Colau de la alcaldía de Barcelona.
La intención de Vila, siempre según fuentes de su entorno, es la de forjar una propuesta progresista, centrista, ilustrada, formada por personalidades de diversos ámbitos profesionales. Vila está intensificando su participación en la vida social de la capital catalana y estudiando su morfología.
La ‘operación Vila’ buscaría facilitar a los socialistas votos del catalanismo no rupturista
Consultadas al respecto, fuentes del PSC recuerdan que faltan dos años para las elecciones municipales y que «ahora mismo solo hay una apuesta», en alusión al líder municipal socialista, Jaume Collboni. «Lo demás son rumores interesados o deseos», añaden.
El ‘exconseller’ es una pieza muy valorada por el catalanismo no rupturista. En el espacio de lo que fue CDC –hoy fragmentado entre el PDECat, el Partit Nacionalista Català y Lliures, fundamentalmente– no se descarta que su figura pudiera ser la que aglutinase una candidatura paraguas para todos estos grupos, hoy por hoy minoritarios en la ciudad.
Según algunas fuentes, el PDECat propuso a Vila encabezar una lista con plena autonomía cara al consistorio de Barcelona. El partido posconvergente admite conversaciones con Vila, pero niega que haya habido una oferta formal. No en vano el PDECat vive inmerso en un difícil debate sobre su futuro y viabilidad. Otros actores como el PNC de Marta Pascal no quieren hablar de candidatos si antes no se logra forjar un proyecto común.
La operación Vila tiene un handicap: el juicio pendiente al ‘exconseller’ de Cultura por el contencioso de las obras de arte que Aragón ha reclamado a Catalunya. Sobre Vila pesa una petición de multa e inhabilitación, algo que podría cortocircuitar su aspiración de volver al terreno político. A favor de su lista juega la certeza, según las fuentes citadas, de que sectores del ámbito profesional y empresarial de la ciudad estarían dispuestos a sufragar generosamente la operación.
El contexto
Esta operación trata de aprovecharse de un contexto de grandes interrogantes sobre el futuro de los grupos municipales en Barcelona, y de forma especial del de Junts per Catalunya. Está claro que como espacio Junts tiene un apoyo potencial destacable en Barcelona, pero a la vez es una evidencia que en estos momentos los cinco concejales del grupo que encabeza Elsa Artadi resultan irrelevantes para la gobernación de la ciudad e incluso como opositores han quedado relegados a un papel secundario.■