Los diez años de ‘Juego de Tronos’
Juego de Tronos llegó por primera vez a nuestras pantallas diez años atrás, y HBO ha querido celebrar el aniversario con una campaña de tráileres nuevos, con escenas inéditas, que resumen cada temporada. La última entrega se estrenó hace un par de años y, pese a ser la de más presupuesto y ambición, la respuesta en forma de comentarios ha sido muy crítica. El mundo hater es el rey en este tipo de interacciones, pero el final de la serie que revolucionó la experiencia televisiva más que una anécdota es un síntoma.
La serie se fue modulando con el paso del tiempo. La crudeza de las primeras temporadas se sofisticó, creció el presupuesto en efectos especiales y el guion se retorció para ir amasando las tramas y personajes al compás de unos tiempos de empoderamiento de la mujer, de debates sobre libertad, populismo y liderazgo. Aquel 2011 en el que se estrenó, en España vivíamos una fuerte sacudida de rabia e indignación por la crisis, y no solo aquí. La serie, como estandarte de la industria televisiva de plataformas en streaming, revolucionó nuestro consumo televisivo y se abrió paso entre los nuevos modelos de ocio. También se entendió como un juguete de estrategias políticas, para reflexionar sobre ideologías y su aplicación en situaciones imaginarias. Fue un tablero de juego muy distinto al que han ofrecido series puramente de ingenio político como Sí, Ministro oEl ala oeste de la Casa Blanca, o incluso Yo, Claudio. Y fueron Pablo Iglesias y Podemos quienes más juguetearon con la apuesta televisiva y empujaron su popularidad al abrazarla como un referente, una puesta en escena válida para debatir y entender más nuestra realidad. Dragones aparte.
El crescendo capítulo a capítulo y temporada a temporada vino acompañado de un despliegue publicitario colosal, merchandising, lemas y expresiones, como aquello del «winter is coming» para cuando toca apretar los dientes porque vienen malos tiempos.
Diez años después, los distintos actos de homenaje que ha lanzado HBO en las redes sociales para conmemorar el aniversario han sido recibidos con tibieza si no rechazo por los fans, disgustados al revivir el desenlace de sus tramas y personajes. Y con una mirada atrás más abierta pocos podrán decir que el balance de esta década convulsa, cargada de energía y de movimiento por el cambio, haya sido satisfactorio.
La pandemia invita a borrar estadísticas, pulveriza métricas y pervierte nuestra memoria a la hora de saldar cuentas. Pero si borramos 2020 de la línea de tiempo, para empezar, el resultado de la gran aventura de esta última década está a la vista. En la serie, de forma descarnada, y no solo por cómo quedan retratados los liderazgos femeninos. Que los productores hayan apostado por precuelas para satisfacer a la audiencia no deja de ser simbólico: ante el silencio estruendoso que deja la espera de la continuación de la saga a manos de George R.R. Martin, solo nos queda refugiarnos en el pasado más vintage.
La serie marcó una época en paralelo a la evolución del estallido indignado de 2011, y el balance que nos deja solo nos lleva a mirar atrás