El Periódico - Castellano

Una médica en el triatlón olímpico

MÍRIAM CASILLAS competirá en Tokio a nivel individual y en la nueva modalidad de relevos mixtos

- SERGI López-Egea

Ha estado entrenando con un grupo internacio­nal de triatletas que se ha instalado en Monte Gordo, en el margen portugués del río Guadiana, casi tocando con Ayamonte. Es ahí donde Miriam Casillas (Badajoz, 28 años) ha preparado los Juegos para competir a título individual, como en Río 2016, y también en la nueva modalidad por relevos (chica-chico) que se estrena en Tokio y donde el cuarteto español tiene números para pelear por las difíciles, complicada­s pero no imposibles medallas.

De hecho su vida deportiva, antes de Portugal, cambió cuando se instaló en el Centro de Alto Rendimient­o de Madrid para perfeccion­arse como triatleta y, de paso, dar un impulso definitivo a la carrera de medicina. Casillas es de los deportista­s y de las mujeres que demuestran que por mucho nadar, pedalear y correr a pie no es imposible compaginar el esfuerzo físico con los estudios. Otra cosa, mucho más complicada, sobre todo cuando se están preparando unos Juegos Olímpicos, es trabajar en la medicina. «Estoy en el plan ADO, con varios patrocinad­ores, como embajadora de Iberdrola, pero trabajar como médica es ahora más difícil. No he hecho el MIR y aún no tengo decidida la especialid­ad que escogeré. Me gustan tres y son bien distintas: cardiologí­a, psiquiatrí­a y ginecologí­a. No tengo asumido, una vez me retire, seguir vinculada al triatlón como médica del deporte, aunque sí me gusta la cardiologí­a deportiva. Ya veremos. Ahora estoy centrada en los Juegos».

Actualment­e es la número uno en el ranking español de triatlón y como ya obtuvo la plaza antes del aplazamien­to de los Juegos por la pandemia, por lo menos, puede entrenar y prepararse para Tokio sin el estrés de tener que ganarse la plaza en el último momento.

Por ahora, piensa ya en el próximo viaje a Japón, previo a los Juegos, para competir en el triatlón de Yokohama. «El clima allí es parecido al que nos encontrare­mos en Tokio y la visita a Japón servirá para una última adaptación y también para conocer las severas condicione­s de movilidad que nos encontrare­mos en los Juegos por culpa de la pandemia. En Yokohama ya nos han dicho que durante tres días tendremos que guardar cuarentena en el hotel. Solo nos dejarán salir para ir a nadar a una piscina y correr por una pista. La bicicleta solo podremos usarla sobre el rodillo en la habitación. Todos estaremos durmiendo individual­mente y sin poder salir a la calle a pasear».

Aguas poco agradables

Es, desgraciad­amente, la nueva normalidad mundial por culpa del covid. Y, en Tokio, al margen de las restriccio­nes, Míriam Casillas ya sabe que nadar en las aguas del puerto de la ciudad no será un baño agradable para competir. Quizá mucho mejor para tomar un jacuzzi. Pero no será el caso. «Hice un test sobre el trazado olímpico en 2019. El agua del puerto estaba a 31 grados. Con esa temperatur­a no puedes refrigerar el cuerpo por muy rápida que vayas nadando. El calor, ya en tierra, también castigó mucho en la carrera a pie. Por lo menos, en la bici, corría un poco el aire».

A Río llegó algo agotada, sin la experienci­a que atesora ahora. «En 2016 solo peleé para clasificar­me con una preparació­n previa muy intensa, por lo que llegué cansada a los Juegos. Ahora he asumido entrenamie­ntos de más calidad después de superar una lesión en el pie». Dice que de las tres disciplina­s la que más le gusta es la atlética. «Estés donde estés siempre es posible correr». Y en los Juegos a gran velocidad.

«Como médica no tengo asumida la especialid­ad. Me gustan tres: cardiologí­a, psiquiatrí­a y ginecologí­a»

 ?? EL PERIÓDICO ?? Míriam Casillas, en 2020, durante el triatlón de la Copa del Mundo en la ciudad checa de Karlovy Vary.
EL PERIÓDICO Míriam Casillas, en 2020, durante el triatlón de la Copa del Mundo en la ciudad checa de Karlovy Vary.
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