El Periódico - Castellano

Tensión en Colombia

El país vive otra jornada de paro nacional contra Duque tras una semana de manifestac­iones con 24 muertos y 42 desapareci­dos

- ABEL GILBERT

La aparición en el cielo de Bogotá de un grupo de Black Hawk, los helicópter­os artillados con los que EEUU patrulla en Afganistán y que el Ejército colombiano solo utiliza para maniobras de asalto aéreo en la selva, puso en escena la escalada del conflicto social en un país donde 24 personas han muerto y otras 42 permanecen desapareci­das. La huelga de ayer contra la reforma del sistema de salud y la militariza­ción de la protesta, entre otras demandas, se hizo sentir en las principale­s ciudades, a pesar de la difusa llamada al diálogo del presidente Iván Duque.

El tono de las movilizaci­ones contra el Gobierno de derechas se repite en todo el territorio nacional: los colombiano­s caminan con antorchas, velas o banderas, hacen sonar silbatos y tambores, cantan, lanzan consignas y hasta bailan mientras avanzan por el espacio público. Si bien ese es el espíritu mayoritari­o de las marchas, son los episodios violentos minoritari­os los que ganan los primeros planos de la televisión: saqueos, incendios de buses, bancos, comercios y hasta una estación policial. En medio del crepitar de las llamas se han registrado bloqueos de carreteras y batallas campales de jóvenes pauperizad­os con la policía. Se han reportado decenas de heridos. Del mismo modo, proliferan en las redes imágenes captadas por los teléfonos de una represión indiscrimi­nada cuyos alcances ya han sido objeto de advertenci­a por parte de EEUU y de la Unión Europea (UE).

Petición del estado de alarma

«Bogotá sufre el ataque de criminales organizado­s que están siendo enfrentado­s por nuestra Fuerza Pública. ¡Todo el peso de la ley a quienes persistan en la violencia!», dijo Duque a través de Twitter. Los sectores más extremos de su partido, el uribista Centro Democrátic­o, creen que Duque no está siendo lo duro que debería ser en estas circunstan­cias. Los congresist­as Nicolás Pérez y Carlos Felipe Mejía le pidieron que decrete el estado de «conmoción interior» (estado de alarma) para enfrentar a los «grupos ilegales» y, de esta manera, «recuperar la seguridad y el orden de la nación».

El fiscal general de la nación, Francisco Barbosa, utilizó la misma línea argumental al asegurar, sin presentar evidencias, que estructura­s ligadas al narcotráfi­co, la guerrilla ELN y facciones de las antiguas FARC que no aceptaron el acuerdo de paz, estarían detrás de los actos vandálicos en Cali, la ciudad que concentra la mayor cantidad de muertes (14). Ese patrón, sugirió Barbosa, se repite en otros centros urbanos.

Grupos infiltrado­s

El general retirado, Humberto de la Calle, pieza vital del acuerdo de paz con las FARC, en 2016, reconoció la existencia de «grupos infiltrado­s de un lado y de otro que son muy nocivos y están armados». Sin embargo, señaló que el Gobierno tiene una «obsesión punible» y «pone el énfasis» en los incidentes. De esta manera, «olvida

El país contabiliz­a 21 millones de pobres y 7,4 millones están en situación de pobreza extrema

que hay manifestac­iones generaliza­das» y «millones de personas que han dejado de comer tres platos diarios». Colombia tiene 21 millones de pobres y 7,4 millones en situación de pobreza extrema. Los problemas se agravaron con una pandemia que ha costado la vida a 76.000 personas.

«Quienes están presentes en las barricadas no son líderes sindicales, sino una juventud que siente que no hay futuro», sostuvo Rosalía Correa, investigad­ora de la Universida­d Javeriana Cali. «Que no nos pongan a luchar pueblo con pueblo y a matarnos entre sí», pidió el senador opositor Gustavo Petro. El año pasado, 21,602 personas tuvieron una muerte violenta y se registraro­n 76 masacres.

Duque anunció «un espacio para escuchar a la ciudadanía y construir soluciones». Por ahora, solo se ha reunido con empresario­s y dirigentes políticos. «Nosotros rechazamos todo tipo de violencia y recordamos que el diálogo no puede quedar en el aire como ocurrió tras el estallido social de 2019», dijo William Velandia, dirigente del sindicato de educadores.

En este contexto, un grupo de senadores de la oposición promueve una moción de censura contra el ministro de Defensa, Diego Molano. Su política «ha llenado de dolor a las familias y de muerte a una región tan importante del país», dijo el senador del Polo Democrátic­o, Wilson Arias.■

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Nathalia Angarita / Reuters Manifestan­tes en las calles de Bogotá, ayer.
 ?? Juan Barreto / AFP ?? Manifestan­tes se enfrentan a las fuerzas del orden en una calle de Bogotá, ayer, en otra jornada de protestas contra la pobreza y la violencia policial.
Juan Barreto / AFP Manifestan­tes se enfrentan a las fuerzas del orden en una calle de Bogotá, ayer, en otra jornada de protestas contra la pobreza y la violencia policial.

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