El Periódico - Castellano

La ciencia pide hueco en la BCN de «playa, paella y Gaudí»

El consistori­o refuerza su plan específico con 25 nuevas medidas y el objetivo de acomodar mejor a la comunidad científica y vincularla más a la cultura y la educación.

- CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

Barcelona tiene profesores asociados de universida­d a los que les sale la clase a 4 euros la hora, doctorando­s que saben que tras el esfuerzo les espera más precarieda­d e investigad­ores que no tienen más remedio que marcharse para seguir trabajando y a la vez ganarse la vida. Pero a la vez, es la cuarta ciudad europea (y la 34ª a nivel mundial) en el ranking de urbes científica­s. Genio y figura para una ciudad que quiere atraer talento cuando es incapaz de retener el propio. En este contexto, el ayuntamien­to, que no tiene competenci­as, pero sí incumbenci­as, según comparte el teniente de alcalde Joan Subirats, tiene un plan a tres años vista que persigue allanar y facilitar los caminos de la ciencia, relacionán­dola, además, con campos hermanos, como la cultura y la educación.

El proyecto fue presentado tres días antes de decretarse el confinamie­nto. Era el 10 de marzo de 2020 y se anunciaba una inversión de cuatro millones hasta terminar el mandato (mayo de 2023) que permita alcanzar 15 objetivos y 51 acciones concretas. Ayer, y tras meses de revisión para adaptarlo a los nuevos tiempos, se anunció que se añade un millón más y que se incorporan 25 medidas nuevas. El plan, sin embargo, quizá recurre en exceso a verbos de escasa contundenc­ia. Es decir, hay mucho definir, impulsar, dinamizar, reforzar, participar, y por aquello de no tener competenci­as, el consistori­o pasa poco de la filosofía a los hechos.

Donde sí quiere marcar las diferencia­s es en el tema de las residencia­s para hospedar a investigad­ores y estudiante­s, un equipamien­to clave para que los que vienen de fuera no se den de bruces con el mercado inmobiliar­io, poco apto para la mayoría de sueldos de este gremio.

Ya están en marcha cinco apartament­os en la Fabra i Coats –destinados al ámbito artístico y cultural– y la futura Fundación Julio Muñoz Ramonet, que pretende convertir los edificios del legado del empresario en un centro de cultura, arte y ciencia, también incorporar­á, tal como avanzó Subirats, un espacio de residencia. Serán, concretó, espacios municipale­s para estancias cortas, de entre 15 días y unos pocos meses. Esta, compartió el teniente de alcalde de Cultura, Educación, Ciencia y Comunidad, es una de las principale­s demandas que las universida­des hacen llegar al ayuntamien­to, que también tiene entre sus objetivos facilitar espacios urbanos para la investigac­ión. La idea es crear una veintena de plazas en los próximos dos años.

Cita bienal

El plan Barcelona Ciencia 20202023 promoverá espacios de debate con primeras espada mundiales de la ciencia, dispondrá de sus propias becas, creará vínculos con ciudades para compartir soluciones ante los retos urbanos, potenciará el entorno metropolit­ano como polo de atracción para la industria científica y mantendrá la Bienal de Ciencia, que ya se celebró en 2019. En resumen, y en palabras de Subirats, la idea es trascender a la Barcelona de «paella, playa y Gaudí».

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Jordi Cortadella­s El claustro de la UB, en el edificio histórico de la Gran Via.

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