Del gasóleo al patrimonio
El Gobierno prevé que en el primer trimestre de 2023 entre en vigor la reforma fiscal destinada a aumentar la recaudación mediante un mayor peso de la tributación verde y reduciendo o suprimiendo beneficios fiscales, según el plan de recuperación. En cuanto al impuesto del patrimonio, en el documento se evidencia «la necesidad» de coordinar la fiscalidad sobre la riqueza entre los distintos territorios «para garantizar un nivel de imposición mínimo y coordinado, evitando la competencia fiscal perjudicial entre las comunidades autónomas». Además de la fiscalidad verde, el documento presta atención a la tributación de las actividades digitales, para las que ya se aprobó un impuesto, conocido como tasa Google. El objetivo es aumentar la recaudación y reducir la brecha existente con la media europea. En este sentido juegan un papel fundamental los beneficios fiscales, que ascienden a 60.000 millones de euros, equivalentes a cinco puntos del PIB y sobre los que se llevará a cabo una revisión en el periodo 2021-2023.
Tras modificar los beneficios fiscales de los planes de pensiones en el IRPF y el tipo reducido del IVA para las bebidas refrescantes, el Ejecutivo considera que el momento actual «no es el pertinente» para modificar el resto de los beneficios fiscales. Otro de los aspectos destacables es la revisión de la imposición de los hidrocarburos, lo que afecta esencialmente al gasóleo, que tiene en la actualidad mejor tratamiento que la gasolina. El Ejecutivo prevé poner en marcha en el cuarto trimestre del año que viene la revisión del impuesto de los hidrocarburos, lo que resultará polémico. En sus principios generales, la reforma fiscal prevé «acercar los niveles de tributación de España a la media de los países de nuestro entorno». El diferencial con la media de la eurozona es de 7,3 puntos.