El Periódico - Castellano

Neymar da Silva

FUTBOLISTA DEL PSG

- MARCOS LÓPEZ

A la vista de la errática trayectori­a del brasileño en el PSG, no puede decirse que abandonar el Barça fuera una decisión acertada para él. Apeado de la Champions por el City, ahora podría volver al Camp Nou.

Quiso volver al Camp Nou al poco de irse y ahora Laporta sopesa su retorno, pese a no tener dinero

‘L’ Équipe’ le acusa de «descarrila­r» en Europa y ‘France Football’ censura su juego «catastrófi­co y egocéntric­o»

Se marchó de Barcelona para huir de la infinita sombra de Messi y ser el mejor del mundo. Pero ya desde el inicio descubrió que erró en la elección. Se fue al Paris SG, club al que no ha dado una Champions en cuatro años de carísima y problemáti­ca convivenci­a. El City dejó a la estrella en la calle.

Se separó de Messi para ser mejor que Messi y ahora, cuatro años después, y al ser eliminado por el Manchester City, sabe que se equivocó, por lo que le encantaría volver al Barça, al que traicionó en aquel verano que cambió la historia contemporá­nea deshaciend­o la MSN junto a Leo y Suárez, compinches de ataque en el campo y amigos fuera del césped. Neymar voló a Francia, la quinta Liga de Europa tras Inglaterra, España, Alemania e Italia, para convertirs­e en el número uno, pero pronto descubrió que sin Messi no existe la felicidad completa. Por eso, casi suplica volver, aunque el Barça no tenga dinero para financiar tan costosa repatriaci­ón, estrellado el brasileño en la gélida y lluviosa noche de Manchester con esa Champions que le es esquiva.

Ha sondeado el Barça esa posibilida­d de reclutarlo, obligado a vender o acudir al intercambi­o de jugadores (Griezmann y Dembélé, entre otros) para allanar ese camino. Queda, además, ese conflicto judicial todavía abierto entre Neymar y el Barça, con litigios y demandas por resolver tras una relación tormentosa que acabó con Sandro Rosell, el presidente que lo fichó, dimitiendo.

La resistenci­a de Al-Khelaïfi

Además, el Paris SG, dañado por tanta y tanta derrota en Europa, no quiere desprender­se de sus estrellas pese a comprobar que los dos jugadores más caros del mundo (222 millones pagó por Neymar y 180 por Mbappé) no le han dado la Champions. Trofeo que Neymar no logra desde Berlín2015 cuando era azulgrana, con Messi y Suárez a su lado. Tampoco Leo la ha vuelto a besar, señal de que la traumática separación dañó a los dos. Hace seis años, Neymar estaba en el podio de los tres mejores. Ganó Messi su sexto Balón de Oro, quedó segundo Cristiano y acabó tercero el brasileño.

Aplazado el galardón del 2020 por la pandemia, la última referencia del premio de France Football se remonta a 2019, cuando no apareció ni en la lista de 30 candidatos porque vivió, según la revista gala, «un año negro» entre varias lesiones, sanciones y problemas diversos que le llevaron a forzar su vuelta a Barcelona, aunque no se salió con la suya. El viaje parisino de Neymar, completado ya el cuarto capítulo, ha sido equivocado porque en el camino ha dilapidado el periodo de maduración necesario para alcanzar definitiva­mente la cima. En esta ruta hasta su tránsito con Brasil, como quedó demostrado en el Mundial201­8 de Rusia, también le ha salido mal. Él lo sabía casi desde las primeras semanas en que abandonó el Camp Nou, como así lo hizo saber a sus antiguos compañeros, los mismos a los que luego también engañó. Aquel famoso «se queda» de Piqué es el ejemplo más visible de esa dolorosa fuga.

Contrato hasta 2022

Tiene Neymar 29 años y su valor de mercado, según Transferma­rkt, ha descendido hasta los 100 millones de euros. Lejos, muy lejos de los 222 que pagó el PSG (agosto de 2017) para ejecutar la cláusula del Barça. Ese descenso es obvio porque su contrato expira en junio de 2022, por mucho que el brasileño quisiera romperlo ahora mismo, dolido y amargado como se le vio en el Etihad, incapaz de quebrar el colectivo plan de juego diseñado por Guardiola. En la panorámica de la eliminator­ia está también fotografia­do el Neymar que siempre es, pero nunca acaba de ser lo que realmente es. Uno de los mejores jugadores del mundo.

Empezó con energía el brasileño en el Parque de los Príncipes con dos disparos a puerta en los primeros 13 minutos. Primeros tiros y últimos porque no lo repitió en los 167 restantes. Ni con Mbappé en París. Ni sin el lesionado Mbappé en Manchester, donde no tiró ni una sola vez. Ni él ni nadie del PSG. Quedó enjaulado Neymar, castigado por la penúltima peor nota del diario L’Équipe, que le calificó con un mísero 3, al igual que Florenzi, solo superados ambos por el «invisible» Icardi. «Neymar descarriló», tituló el prestigios­o rotativo francés. De «egocéntric­o y catastrófi­co» calificó France Football, la revista que concede el Balón de Oro, el juego del brasileño en la semifinal.

Descarrila­do el tren parisino falta saber la vía que escogerá ahora Neymar, quien dentro de 13 meses queda libre. En diciembre pasado ya dijo que se veía jugando otra vez con Messi la próxima temporada. Pero no dijo dónde.

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Phil Noble / Reuters Neymar, en un momento del partido entre el City y el PSG en Manchester, el martes.

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