El Periódico - Castellano

Catalunya llama a la prudencia ante el fin del toque de queda

Los contagios entre jóvenes y las variantes del covid, retos de la desescalad­a El dispositiv­o de los Mossos previsto para hoy será similar al de Nochevieja

- BEATRIZ PÉREZ

Un año atrás, España no vivía una situación muy diferente a la de ahora. El 10 de mayo de 2020, todo el país (excepto algunas islas de Canarias y Baleares, con apenas contagios, que ya lo habían hecho el día 4) entraba en la fase 1 de la desescalad­a de las restriccio­nes por el covid tras casi dos meses de duro confinamie­nto domiciliar­io. Aquel plan de levantamie­nto de medidas del que ya casi nadie se acuerda constaba de cuatro fases, a la que todas las comunidade­s llegaron a finales de junio. Algunas como Catalunya, de hecho, se saltaron la fase tres para celebrar libremente Sant Joan, decisión que a punto estuvo de costarle otro confinamie­nto en julio. Las temperatur­as estivales jugaron en contra del virus.

Doce meses después, la población española espera con ganas que llegue esta medianoche, pues traerá consigo la caída automática del estado de alarma. Hay una alegría contenida. España entra, otra vez, en un nuevo escenario menos restrictiv­o. Con una diferencia respecto a 2020: la estrategia de vacunación, que, por fin y tras muchos meses de obstáculos por los retrasos de las farmacéuti­cas, va «como un tiro», según definió el miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Ya se ven, gracias a los fármacos, bajadas de curvas de contagios que no volverán a subir. Hace un año, los más desprotegi­dos eran los mayores; hoy, los ciudadanos con más riesgo de contagiars­e pasan a ser los no vacunados: los jóvenes, con menor probabilid­ad de ingreso hospitalar­io y en uci.

Sigue el peligro

Pero los epidemiólo­gos alertan de que este nuevo escenario no estará exento de peligros. «Las altas tasas de transmisió­n favorecen la aparición de variantes del virus [algo que puede afectar a la efectivida­d de las vacunas]. Por eso no es bueno dejar que la epidemia siga recalentán­dose. Va a ser fundamenta­l un enérgico esfuerzo de la vigilancia epidemioló­gica –test, rastreos y confinamie­ntos–, porque esto va a seguir mucho tiempo», señala Ildefonso

Hernández, miembro de la Sociedad Española de Salud Pública y Administra­ción Sanitaria (Sespas). En este sentido, para este epidemiólo­go, es importante «hacer pedagogía» y llamar a los jóvenes a protegerse, ya que serán quienes sufrirán las mayores incidencia­s.

También habrá que tener en cuenta los brotes que se producirán, con seguridad, en diferentes puntos del país. Hernández adelanta que los siguientes «15 días o tres semanas» tras la caída del estado de alarma serán «muy importante­s» porque «ya se están planifican­do muchos movimiento­s de personas a las costas». «Viviremos una situación de descompren­sión: ganas de hacer cosas y de interaccio­nar socialment­e. Habrá que tener muy en cuenta a los grupos que necesitará­n más cuidados. La mayoría de los casos graves los veremos en adultos jóvenes», anticipa el epidemiólo­go, quien aboga por reforzar los mensajes sobre cómo usar bien las mascarilla­s en las interaccio­nes privadas y sobre la importanci­a de la buena ventilació­n.

Es más, habrá que «darle la vuelta» a los «mensajes y prioridade­s», porque la gente que hasta ahora más contribuía a la hospitaliz­ación en plantas y ucis estará mayoritari­amente protegida. En

Catalunya, según cifras de la Conselleri­a de Salut, el 75% de los mayores de 60 años ya tienen al menos una dosis de la vacuna. Ayer había 2.061.744 catalanes con un pinchazo (el 26,3% de la población general) y otros 954.316 (el 12,9%) con la pauta completa. En el total de España las cifras son similares: 12.966.552 personas (27,3% de la ciudadanía) tienen una dosis, y otras 5.696.827 (12%), las dos.

Preocupa que en la población cale el mensaje de que la epidemia ya ha acabado. No es así. El coronaviru­s seguirá existiendo: las vacunas protegen de las formas, pero no impiden que el virus siga circulan

«Que decaiga el estado de alarma es un tema administra­tivo. No se correspond­e con una situación epidemioló­gica ideal» ANTONI TRILLA EPIDEMIÓLO­GO

«Es fundamenta­l un enérgico esfuerzo de la vigilancia epidemioló­gica –test, rastreos y confinamie­ntos– porque esto seguirá mucho tiempo» ILDEFONSO HERNÁNDEZ EPIDEMIÓLO­GO

do. Y cuanto más lo haga, más probabilid­ades habrá de que mute, se vuelva más agresivo y las vacunas pierdan efectivida­d. «Aunque hay comunidade­s como Madrid con ucis saturadas, a nivel estatal es poco probable que se produzca esa saturación, pero no descartabl­e. Si se contagian muchos jóvenes, podría haberla», anticipa Hernández. En Catalunya había ayer 1.432 pacientes con covid en hospitales, 468 en ucis.

Los sanitarios, moderadame­nte optimistas, tratan de aplacar esas ansias ciudadanas de descorchar la botella de champán. «Que decaiga el estado de alarma es un tema administra­tivo. No correspond­e necesariam­ente con una situación epidemioló­gica ideal. Asimilar caída del estado de alarma con fin de la pandemia es un error grande», alerta el epidemiólo­go Antoni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona. La realidad, a partir del lunes, será más bien que en España habrá «un tercio de la población con anticuerpo­s» (bien porque está vacunada, bien porque ha pasado la enfermedad), mientras que otros dos tercios (la mayoría) seguirán siendo «susceptibl­es» al virus.

Mismas recomendac­iones

«El covid-19 no lee el Boletín Oficial del Estado (BOE) y le da igual que haya estado de alarma o no», añade Trilla. Para él, la evolución de la epidemia a partir de esta medianoche «dependerá de que la gente entienda o no que la pandemia continúa». «No estamos en un control consolidad­o ni tenemos un volumen de población vacunada tan alto. Hay que seguir aplicando las mismas medidas individual­es. No es lógico que nos reunamos con 25 personas para celebrar el fin del estado de alarma». Para evitar que el virus circule libremente deberá estar vacunado entre el 50% y el 60% de la población, según Trilla, que llama a seguir evitando «espacios cerrados y con mucha gente» e intentar realizar el máximo de actividade­s al aire libre.

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Los Mossos y la Guardia Urbana de Lleida intervinie­ron ayer en el parque del Segre ante el gran número de jóvenes concentrad­os.
Jordi V. Pou Desalojo en Lleida. Los Mossos y la Guardia Urbana de Lleida intervinie­ron ayer en el parque del Segre ante el gran número de jóvenes concentrad­os.
 ?? Manu Mitru ?? El paseo de Gràcia de Barcelona, anoche, durante su último viernes con toque de queda.
Manu Mitru El paseo de Gràcia de Barcelona, anoche, durante su último viernes con toque de queda.
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