El Gobierno, expectante, lanza un capote a los republicanos
Calvo reivindica la condición de ERC como partido «progresista» e «histórico», como el PSOE, y con quien ha alcanzado acuerdos
El rumbo de la relación entre el Gobierno y ERC sigue estando en el aire, por mucho que un Govern en solitario de Pere Aragonès pueda sonar a priori mejor para los socialistas. En el Ejecutivo de Pedro Sánchez impera la prudencia. Siente que ya ha salido escaldado en anteriores ocasiones y que debe andarse con pies de plomo. Y también advierte de que un Govern «inestable» tiene sus riesgos. Por lo pronto, la Moncloa se limita públicamente a lanzar un capote a los republicanos y a reiterar que «cuanto antes haya Gobierno en Catalunya, mejor». Lo hizo ayer Carmen Calvo, la vicepresidenta primera e interlocutora principal del Ejecutivo con el Govern, apenas media hora después de que se conociera la ruptura de ERC con JxCat. La número dos recordó que Sánchez, en su primer Gabinete en solitario y ahora en el de coalición, ha reivindicado el «diálogo» como instrumento para rebajar la tensión con Catalunya y reconstruir puentes y lazos afectivos. Y en este tiempo, recordó, no se han repetido «situaciones terribles» con un referéndum ilegal o una declaración de independencia, como sí sucedió cuando gobernaba Rajoy. Ahora es momento, siguió, de que Catalunya recupere «un espacio de futuro» y su economía «no siga cayendo» y se reactive. Así que «cuanto antes haya Gobierno, mejor». Calvo tendió entonces la mano a ERC, aunque sin intentar penetrar en el terreno de decisión del partido hermano: «Nuestros compañeros allí, el PSC y el exministro Illa siempre están del lado constructivo, siempre. Hemos dado pruebas más que suficientes de saber estar con quien no piensa como nosotros, pero respetando lealmente lo que Catalunya significa para España».
«Trampas» permanentes
Calvo también reiteró que ERC es «un partido de izquierdas, progresista, histórico», como lo es el PSOE. Una formación, dijo, con la que el Ejecutivo alcanza «acuerdos habituales», porque es un Gabinete «reformista». «Y, en ese sentido, esperemos que no haya elecciones en Catalunya, que las instituciones funcionen y haya Govern pronto», concluyó.
El PSC no tiene por ahora en mente facilitar la investidura de Aragonès, como ha dicho Illa una y mil veces. En la cúpula del partido repetían ayer que Aragonès dejó claro en su comparecencia que no quería los votos de los socialistas. «Nunca vamos donde no nos quieren», advertían en el entorno de Miquel Iceta, donde, no obstante, no descartan que, si ERC se dirigiera a ellos, podrían hablar. Pero advierten de que la abstención tendría un precio.
La previsión del Ejecutivo y del
PSC es que, in extremis, ERC y JxCat llegarán a un acuerdo, como ocurrió en 2016. Y esa salida, un Govern en solitario de Aragonès, no tiene por qué ser la óptima, valora un ministro, «porque Junts le pondrá trampas permanentemente». «Nosotros preferimos lo que sea más razonable y estable», asegura esta fuente. «Un Executiu débil no es bueno para Catalunya», abunda un miembro del PSC.
El Gobierno, según se desprende del círculo de Sánchez, está pues «a la expectativa», cauteloso. Si ERC gobierna sola, tendría manos libres para apoyar al Ejecutivo en el Congreso y, a cambio, el PSC podría apoyar iniciativas del Govern en Barcelona. «Esto será día a día, partido a partido. No habrá alivio ni antes ni después de la investidura», insisten en el Gabinete de coalición. En la Moncloa recuerdan que «ERC es impredecible hasta el último minuto».
Sin embargo, otras fuentes próximas al presidente opinan que un Govern de ERC puede ayudar «mucho» al Ejecutivo, porque permitiría acuerdos «con sumas diferentes, mirar a ambos lados», a derecha (Cs) y a izquierda. «Un acuerdo de ERC con JxCat lo dificulta todo», concluye este cargo, porque los puigdemontistas quieren embarcar a los republicanos en una estrategia conjunta en el Congreso de choque frontal con Pedro Sánchez.
De cualquier modo, la ruptura de ERC con Junts es vista por los socialistas como la constatación del «fracaso del independentismo». Y ya lo advirtieron, recuerdan. Pero, por ahora, no se vislumbra una salida que pase por un acuerdo PSC-ERC en el Govern.
Sostiene que Illa «siempre» estará en el lado «constructivo» y que la clave es no volver a las urnas
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