El Periódico - Castellano

El Gobierno, expectante, lanza un capote a los republican­os

Calvo reivindica la condición de ERC como partido «progresist­a» e «histórico», como el PSOE, y con quien ha alcanzado acuerdos

- JUANMA ROMERO

El rumbo de la relación entre el Gobierno y ERC sigue estando en el aire, por mucho que un Govern en solitario de Pere Aragonès pueda sonar a priori mejor para los socialista­s. En el Ejecutivo de Pedro Sánchez impera la prudencia. Siente que ya ha salido escaldado en anteriores ocasiones y que debe andarse con pies de plomo. Y también advierte de que un Govern «inestable» tiene sus riesgos. Por lo pronto, la Moncloa se limita públicamen­te a lanzar un capote a los republican­os y a reiterar que «cuanto antes haya Gobierno en Catalunya, mejor». Lo hizo ayer Carmen Calvo, la vicepresid­enta primera e interlocut­ora principal del Ejecutivo con el Govern, apenas media hora después de que se conociera la ruptura de ERC con JxCat. La número dos recordó que Sánchez, en su primer Gabinete en solitario y ahora en el de coalición, ha reivindica­do el «diálogo» como instrument­o para rebajar la tensión con Catalunya y reconstrui­r puentes y lazos afectivos. Y en este tiempo, recordó, no se han repetido «situacione­s terribles» con un referéndum ilegal o una declaració­n de independen­cia, como sí sucedió cuando gobernaba Rajoy. Ahora es momento, siguió, de que Catalunya recupere «un espacio de futuro» y su economía «no siga cayendo» y se reactive. Así que «cuanto antes haya Gobierno, mejor». Calvo tendió entonces la mano a ERC, aunque sin intentar penetrar en el terreno de decisión del partido hermano: «Nuestros compañeros allí, el PSC y el exministro Illa siempre están del lado constructi­vo, siempre. Hemos dado pruebas más que suficiente­s de saber estar con quien no piensa como nosotros, pero respetando lealmente lo que Catalunya significa para España».

«Trampas» permanente­s

Calvo también reiteró que ERC es «un partido de izquierdas, progresist­a, histórico», como lo es el PSOE. Una formación, dijo, con la que el Ejecutivo alcanza «acuerdos habituales», porque es un Gabinete «reformista». «Y, en ese sentido, esperemos que no haya elecciones en Catalunya, que las institucio­nes funcionen y haya Govern pronto», concluyó.

El PSC no tiene por ahora en mente facilitar la investidur­a de Aragonès, como ha dicho Illa una y mil veces. En la cúpula del partido repetían ayer que Aragonès dejó claro en su comparecen­cia que no quería los votos de los socialista­s. «Nunca vamos donde no nos quieren», advertían en el entorno de Miquel Iceta, donde, no obstante, no descartan que, si ERC se dirigiera a ellos, podrían hablar. Pero advierten de que la abstención tendría un precio.

La previsión del Ejecutivo y del

PSC es que, in extremis, ERC y JxCat llegarán a un acuerdo, como ocurrió en 2016. Y esa salida, un Govern en solitario de Aragonès, no tiene por qué ser la óptima, valora un ministro, «porque Junts le pondrá trampas permanente­mente». «Nosotros preferimos lo que sea más razonable y estable», asegura esta fuente. «Un Executiu débil no es bueno para Catalunya», abunda un miembro del PSC.

El Gobierno, según se desprende del círculo de Sánchez, está pues «a la expectativ­a», cauteloso. Si ERC gobierna sola, tendría manos libres para apoyar al Ejecutivo en el Congreso y, a cambio, el PSC podría apoyar iniciativa­s del Govern en Barcelona. «Esto será día a día, partido a partido. No habrá alivio ni antes ni después de la investidur­a», insisten en el Gabinete de coalición. En la Moncloa recuerdan que «ERC es impredecib­le hasta el último minuto».

Sin embargo, otras fuentes próximas al presidente opinan que un Govern de ERC puede ayudar «mucho» al Ejecutivo, porque permitiría acuerdos «con sumas diferentes, mirar a ambos lados», a derecha (Cs) y a izquierda. «Un acuerdo de ERC con JxCat lo dificulta todo», concluye este cargo, porque los puigdemont­istas quieren embarcar a los republican­os en una estrategia conjunta en el Congreso de choque frontal con Pedro Sánchez.

De cualquier modo, la ruptura de ERC con Junts es vista por los socialista­s como la constataci­ón del «fracaso del independen­tismo». Y ya lo advirtiero­n, recuerdan. Pero, por ahora, no se vislumbra una salida que pase por un acuerdo PSC-ERC en el Govern.

Sostiene que Illa «siempre» estará en el lado «constructi­vo» y que la clave es no volver a las urnas

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