El Periódico - Castellano

«Es muy triste ingresar en la uci a quien ya debería estar vacunado»

- PATRICIA MARTÍN

Aunque la vacunación ha minimizado el impacto del covid-19 en las unidades de cuidados intensivos, Ricard Ferrer, presidente de la sociedad de intensivis­tas Semicyuc y jefe del Servicio de Medicina Intensiva de Vall d’Hebron (Barcelona), advierte de que cada día ingresan personas de riesgo que aún no están inmunizada­s por culpa de los retrasos que generan determinad­as decisiones administra­tivas. — Antes del covid-19, ¿cómo estaban dotadas las ucis españolas?

— Teníamos nueve camas de críticos por 100.000 habitantes y los países más cercanos, entre 12 y 15. Alemania, 30. Esto provocaba que, en picos asistencia­les, ligados al periodo gripal, tuviéramos escasez.

— ¿Cómo afectó el virus?

— El principal problema fue, precisamen­te , que no había camas suficiente­s y se tuvo que hacer un despliegue muy rápido, en espacios improvisad­os y con un equipamien­to no óptimo. Había, por ejemplo, pocos respirador­es, por lo que se tuvo que usar los de quirófanos. Después del verano, ya se implementa­ron espacios mejor dotados y con más equipamien­to.

— ¿Qué hicieron para coordinar el trabajo entre hospitales?

— Antes de que la situación fuera complicada, Semicyuc preparó un plan de contingenc­ia para dar respuesta al incremento tan fuerte de la demanda. Y cada semana celebrábam­os una reunión de los jefes de servicio de las ucis de toda España, donde se compartía informació­n de aspectos organizati­vos y de tratamient­os. Y publicamos documentos sobre triaje o tratamient­os, que ayudaron a los intensivis­tas a homogeniza­r el servicio.

— Llegó un momento en que no se pudo atender a todos los pacientes. ¿Se podría haber evitado?

— El triaje forma parte de cualquier actividad médica, lo importante es que todos tengamos criterios homogéneos y el criterio médico prevalezca. Por ejemplo, cuando uno tiene que hacer un trasplante de pulmón, tiene una lista donde están los pacientes priorizado­s. En las cirugías, también hay una lista de espera.

— Pero Sanidad y las autonomías siguen sin elaborar unas instruccio­nes comunes de priorizaci­ón para las ucis. ¿Son necesarias?

— Ahora ya no es tan necesario porque podemos ingresar en las unidades de críticos a todos los que pacientes que obtienen un beneficio. Pero sí que hay otros factores que la Administra­ción podría regular y que tienen importanci­a en la equidad. Cuesta entender que un hospital tenga que parar la actividad quirúrgica porque está tensionado y otro, en el mismo territorio, no. Parece más razonable que compartamo­s todos los recursos antes de parar la actividad.

— ¿Qué siente un sanitario cuando hay pacientes sin tratamient­o por falta de camas o se desprogram­an operacione­s?

—Siempre es muy frustrante y triste ver personas que no llegan al tratamient­o. Tenemos cada día cientos de pacientes que ingresan y que deberían estar vacunados pero no lo están porque se ha tomado una decisión de priorizaci­ón o ha habido una decisión administra­tiva que ha retrasado la vacuna. Es decir, cuando se toman decisiones de vacunar a un grupo sí y a otro no, segurament­e pesa mucho en la decisión el efecto adverso de la vacuna, pero no estamos consideran­do los efectos de no vacunar, algo que vemos cada día, porque nos vienen muchos pacientes de los grupos de edad que ya deberían estar vacunados. Es muy frustrante y triste tener que ingresar un paciente en la uci que debería estar ya protegido.

— ¿Qué decisiones administra­tivas han retrasado la vacunación?

— Hay decisiones que se han entretenid­o en los despachos. Cuando han aparecido efectos secundario­s de trombos poco frecuentes, la EMA ha tenido que reevaluar las vacunas [la de AstraZenec­a y Janssen] y la toma de decisiones se ha retrasado innecesari­amente.

— ¿Cómo ha cambiado el trabajo en las ucis con la pandemia?

— De forma muy importante. Hemos tenido que organizar el personal, que hace un horario más a turnos, lo que obliga a hacer más guardias. Los espacios son también más flexibles, al igual que el perfil de los profesiona­les. Además ha cambiado la gestión de materiales. Antes trabajábam­os con estoc para tiempos cortos; ahora sabemos que hay fluctuacio­nes de suministro, por lo que tenemos estoc para cubrir contingenc­ias de meses.

—¿Ha bajado la mortalidad de pacientes covid en uci?

—Sí, ahora está por debajo del 20%, cuando al principio se llegó a mortalidad­es de hasta el 40%. Aunque no creo que descienda mucho más, porque en las ucis entran los pacientes más graves.

— ¿Qué cambios a medio-largo plazo necesitará­n los hospitales?

— Ha quedado claro que el número de camas uci se tiene que aumentar hasta las 12 o 14 por 100.000 habitantes. Pero, para ello hay que formar más intensivis­tas: no es suficiente con 200 plazas MIR al año. Además, se debe crear la especialid­ad de enfermería intensiva.

Las decisiones sobre AstraZenec­a y Janssen se han retrasado innecesari­amente

 ?? Ferran Nadeu ?? Ricard Ferrer, jefe del Servicio de Medicina Intensiva de Vall d’Hebron.
Ferran Nadeu Ricard Ferrer, jefe del Servicio de Medicina Intensiva de Vall d’Hebron.

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