El Periódico - Castellano

De consumidor a ‘consum’actor’

Cada vez más ciudadanos tienen claro que las decisiones del consumo no son neutras: tras cada artículo o servicio hay una forma de producción, de comerciali­zación y un estilo de vida

- MARIKE CHARLIER Marike Charlier es ingeniera y cooperativ­ista.

«La desigualda­d y la crisis climática son las principale­s consecuenc­ias del actual modelo económico basado en un consumismo desmesurad­o e insostenib­le y cuyo único fin es la generación de capitales». Lo decía la coordinado­ra estatal de Comercio Justo hace un año, en el día del Comercio Justo 2020, pero sigue vigente desde hace 25 años cuando se creó la Organizaci­ón Mundial del Comercio Justo. De hecho, la situación no hace más que empeorar… Este concepto de Comercio Justo va obviamente de la mano del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12: el de producción y consumo responsabl­e y está también relacionad­o con los 16 otros objetivos de la Agenda 2030, que juntos son la definición de una vida digna, para todos, en los límites del planeta. Pero 2030 se acerca y, a nivel global, cuesta ver cambios positivos que nos acerquen a este objetivo.

A pesar, o por culpa, de este panorama desolador, sí que se van viendo cada vez más iniciativa­s individual­es relacionad­as con la Economía Social y Solidaria, cuya base es la búsqueda de un impacto positivo y donde la ética, la reducción de las desigualda­des salariales y el respeto del medio ambiente prevalecen sobre las ganancias. Los supermerca­dos cooperativ­os son un excelente ejemplo de estos proyectos desintoxic­adores donde el consumidor se deshace de los estímulos permanente­s del consumismo (estrategia­s de márketing, publicidad, estudios de mercados) para ejercer un consumo ciudadano y libre, con capacidad de elegir, detectar y aplicar alternativ­as justas y racionales. Las decisiones del consumo no son neutras: con cada producto que se compra y cada servicio que se usa, se da un voto por una forma de producción, de comerciali­zación, y por un estilo de consumo.

Estos supermerca­dos cooperativ­os favorecen las cadenas de suministro cortas, el contacto casi directo entre productore­s y consumidor­es, la creación de vínculos sociales entre cooperativ­istas y con todo el ecosistem que articula.

Por su tamaño y al comerciali­zar todo tipo de producto, tienen además, una ventaja adicional comparado con las cooperativ­as de consumo de más pequeña escala: son más accesibles a todos, no necesariam­ente a personas ya sensibiliz­adas a la idea de un consumo local y ecológico. Se vuelven así puntos de informació­n y propagació­n de un modo de gestión diferente basado en la cohesión social, la lógica medioambie­ntal y la gobernanza colectiva.

Actualment­e, en Catalunya, sabemos de dos supermerca­dos cooperativ­os inaugurado­s este año: el Super Coop, en Manresa, y La Feixa, en Mataró, y dos proyectos están incubando en Barcelona: el FoodCoop, en el barrio de la Esquerra de l’Eixample, y el Pebreroig, en el Poblenou. Si comparamos con Francia donde el primero, La Louve, abrió en París a finales de 2016 y donde ahora existen más de 40 iniciativa­s funcionand­o, el crecimient­o de este modelo de consumo alternativ­o parece garantizad­o. Y para quien quiera iniciarse como consum’actor, dos recomendac­iones: Opcions.org i JoTrio.cat.

Estas innovadora­s cooperativ­as propagan un modo de gestión basado en la cohesión social y la lógica medioambie­ntal

 ??  ?? El Park Slope Food Coop, supermerca­do cooperativ­a fundado en 1973 en el distrito neoyorquin­o de Brooklyn.
El Park Slope Food Coop, supermerca­do cooperativ­a fundado en 1973 en el distrito neoyorquin­o de Brooklyn.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain