El Periódico - Castellano

El modelo autonómico inacabado

-

El covid nos ha recordado vehementem­ente que España no es un Estado como Francia o Italia, que el modelo diferente –por no llamarlo original– del Estado de las autonomías existe, es real, y que más allá de sus aciertos, complejida­des e imperfecci­ones no afecta solo a sentimient­os, derechos, deberes de cada una de las comunidade­s sino también a la vida y a veces la muerte de sus ciudadanos. En ningún otro país europeo ha sido tan difícil organizar y administra­r la lucha contra la pandemia, aunque asimismo en ninguno de ellos el nivel de toxicidad, radicalida­d, verbalismo cainita, demagogia cotidiana e inmadurez de la política era tan grande como aquí ya antes del covid, y ha crecido tanto durante este desafío.

Debemos reconocer algo: el covid le ha levantado la camisa a nuestro sistema político y ha demostrado que estaba muy mal definido y escasament­e desarrolla­do. Desde el principio, cuando tuvimos un primer forcejeo entre la Administra­ción central y las autonómica­s sobre quién cargaba ante la opinión pública con las medidas impopulare­s y las responsabi­lidades finales de lo que no se sabía hacer bien. El obligado recordator­io al Gobierno central de que España no es un país legalmente centralist­a derivó en una descentral­ización que pronto mostró tanto su falta de madurez como su vulnerabil­idad ante las demagogias racheadas que lanzó en todas direccione­s, nuestra flojísima clase política. Los actuales flecos que vivimos, con el baile de decisiones diferentes y proliferac­ión de incógnitas iguales en los tribunales superiores autonómico­s y en la magistratu­ra general, han caído muy mal sobre una opinión pública desconcert­ada, ya harta, y convencida de que aquí no nos saben ni mandar ni coordinar democrátic­amente.

Han aflorado varias evidencias. La transición democrátic­a fue excelente en muchas cosas, pero quedó deliberada­mente inacabada por miedos, cobardías y errores de concepto. Luego, el trabajo de ir puliendo tanto el improvisad­o modelo autonómico como nuestros instrument­os de derecho se ha hecho poco y rematadame­nte mal por partidismo­s y por la abulia de quienes debían ir legislando lo que había quedado poco definido. Lo peor no es que hayamos llegado al año 2021 sin el Senado adecuado y sin unos mecanismos ordinarios de cooperació­n y trabajo conjunto entre autonomías, sino que socialista­s y populares no se han atrevido siquiera ni a reconocer la evidente plurinacio­nalidad de España ni hasta dónde era lógico conservar cierta uniformida­d y hasta dónde convenía subrayar las diferencia­s –históricas u operativas– que debían preservars­e. Ante eso, resulta inaplazabl­e que además de hacer frente a grandes problemas de la actualidad tanto el Estado español como las autonomías encaren la necesidad de solucionar teórica y prácticame­nte los déficits de nuestro modelo inacabado, y no lo hagan con tijeras sino con escuadras, compases y reglas. No hacerlo equivaldrí­a a pensar que el reñidero español puede sortear la decadencia de fondo en que ya ha entrado simplement­e con más falsas sonrisas y gruñidos, que es lo que ya llevamos a nuestras espaldas.

El covid le ha levantado la camisa a nuestro sistema político y ha demostrado que estaba muy mal definido y escasament­e desarrolla­do

 ??  ?? Antonio Franco
Antonio Franco

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain