El Periódico - Castellano

Lo que ni Koeman ni nadie entiende

A cada tropiezo respondía el Barça que ganando los partidos que faltaban serían campeones. Pero la colección de errores ha resultado insostenib­le.

- J. DOMÈNECH / M. LÓPEZ

Perplejo y desorienta­do se fue Koeman de Valencia, incapaz de hallar explicació­n a lo que ocurrió en una desastrosa segunda mitad.

EL MISTERIO DEL DESCANSO.

Koeman sabrá qué dijo al grupo en el descanso. Los jugadores también, aunque alguno se despistara y no le atendiera. Si salieron espoleados para buscar el tercer gol, no se vio. Si salieron conjurados para aumentar el ritmo, eso es un bulo. Si salieron con la idea de esconder el balón, no se notó. Si salieron extremando la concentrac­ión, ni por asomo. El tono con que comparece un equipo en el campo, en el inicio o en el segundo tramo, viene dado por el inmediato mensaje escuchado en el vestuario. Algún misterio hay cuando este Barça ha sido capaz de mostrar una cara tan distinta en la primera y en la segunda parte del Ciutat de València o, sin ir más lejos, en el Camp Nou frente al Granada. Más lógico es que haya consignas correctora­s en un intermedio para que un equipo mejore, pero no para que empeore. Una derrota y un empate ante sendos equipos que no se jugaban la vida, con ventaja en el descanso.

EL DRAMA DE LA BANDA DERECHA.

Habrá un mensaje malentendi­do, mal expresado o ignorado, pero hay otras circunstan­cias que no son imputables a Koeman. El desastre de la banda derecha no es atribuible al entrenador más allá de discutir si la elección de Dembélé como carrilero era una interesant­e idea, si la de Sergi Ro

berto para sustituir al lesionado Araujo en el descanso era más apropiada que la de Mingueza o si Dest era necesario para sellar ese lado. Pero los errores de Dembélé sin asimilar que era defensa, la ternura de Sergi Roberto para no atacar un centro siendo el último guardián de Ter Stegen o la falta de ritmo de Dest a poco de entrar en el campo –discutible, porque Sergio León se tiró como una fiera a rematar el 3-3 con el mismo tiempo de juego– no se le pueden destinar a la responsabi­lidad del técnico azulgrana.

TRAS MESSI, LA NADA. Koeman es responsabl­e de la gestión del equipo. Lo es de no hallar acomodo definitivo de Griezmann en el segundo año en el Barça, pero no de la frecuente invisibili­dad del francés en numerosos partidos. El de Levante fue uno más. Juega en punta pero no es una referencia; actúa de nueve pero no lo es; se mueve buscando desmarques y no le ven… La inconstanc­ia de Griezmann se paga, además, porque no están Ansu Fati y Coutinho, unido a la escasa fiabilidad en Dembélé en el remate. Después de Messi (29 goles ya) y de Griezmann (12),

¿qué hay? Nada. El vacío. Cinco goles de Dembélé (seis con el de Valencia) y los cuatro de Ansu Fati, inactivo desde el 7 de noviembre. Los dos errores de Pedri antes de anotar, el cabezazo fallido de Busquets, ratificaro­n el déficit goleador del Barça por la cantidad de acciones que genera, por más que sea el máximo realizador, de largo, del campeonato. Nadie se acerca a la eficacia que irradia Messi, ni un poco, a pesar de los caramelos que de vez en cuando reparte a los demás.

LA FALTA DE LIDERAZGO.

Tampoco a Koeman cabe imputarle la falta de liderazgo del Barça. Mucho menos a él, que lo era. Hablando y actuando. En Valencia, por ejemplo, se detectó, de

nuevo, esa grave carencia del equipo. Messi marcó un gol, pero el Barça encajó otro producto de una pérdida suya en una zona prohibida. Del capitán no se vio ni un gesto. Tampoco se esperaba. No es de una personalid­ad expansiva ni expresiva. Pero la absoluta ausencia, por parte de nadie, de muestras de acompañami­ento, de fervor, de pasión, de comunicaci­ón, de felicitaci­ón, más visibles y audibles ahora, desangra a la plantilla.

Ni siente ni padece Messi, aparenteme­nte, pero tampoco ejerce ningún liderazgo Busquets siendo un referente futbolísti­co como es, aunque salió a dar la cara tras el empate y el de Piqué es intermiten­te, tal vez atormentad­o por sus propios problemas.

El técnico es el gran responsabl­e, pero el rendimient­o de algunas estrellas es muy decepciona­nte

 ??  ??
 ?? José Jordán / AFP ?? Busquets, Lenglet y Braithwait­e, tras el empate ante el Levante.
José Jordán / AFP Busquets, Lenglet y Braithwait­e, tras el empate ante el Levante.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain