El Periódico - Castellano

Día de desahucios aplazados en el Gòtic

La solidarida­d vecinal logra que Kris, de 65 años y en lista de espera para un piso de la mesa de emergencia, siga en su hogar un tiempo más y que Sihame y sus dos niños no se queden en la calle mientras el consistori­o busca una alternativ­a.

- HELENA LÓPEZ

La espera frente al 6 de la calle de Lleona se hizo eterna. La convocator­ia para evitar el desahucio de Kris, una mujer de 65 años, era a las 10.45 de la mañana, pero la comisión judicial no llegó hasta casi las dos de la tarde. La demora, eso sí, no hizo que los vecinos de esta luchadora, tan conocida como querida en el barrio, abandonara­n sus posiciones frente al porticón. Tenían claro que no iban a dejar sola a Kris, quien tantos desahucios ha ayudado a parar. Un caso, además, que clama al cielo no solo porque la mujer acaba de pasar el covid, enfermedad de la que aún se recupera, sino porque es víctima de violencia machista. Ella tenía un piso, pero lo perdió por esa violencia.

La comitiva judicial llegó tarde porque la mañana había sido intensa y el de Lleona era el último de varios desahucios en la zona; y llegó sola. La policía no pasó por esta calle estrecha, entre Avinyó y la plaza Reial, en ningún momento, como sí sucedió horas antes en otro desalojo en calle de la Cera, en el Raval, que no solo se ejecutó, sino que acabó con cargas y detenidos.

Con la mediación de la técnica municipal –cuyo papel en el Gòtic fue para quitarse el sombrero durante toda la mañana–, Kris explicó a la comitiva su frágil situación y esta, en unos minutos, dictó la suspensión, celebrada con euforia por sus compañeros, que hacía horas que esperaban la noticia. Entre ellos, Núria Marcet, quien a sus 91 años sigue poniendo el cuerpo desalojo a desalojo; tras la última caída, sentada en su silla de ruedas.

Cánticos y corrillos

Las casi tres horas de espera de la comitiva frente al que aún es el hogar de Kris -una vivienda minúscula en el último piso- fueron amenizadas por los vecinos con cánticos como «Tenemos derecho, a agua, luz y techo» –versión actualizad­a del «¿Qué pasa? ¿Qué pasa? Que no tenemos casa»– y corrillos en los que se comentaban las cargas policiales y las detencione­s vividas poco antes en el barrio vecino y el estado de la mujer que se autolesion­ó la semana anterior cuando intentaban desahuciar­la, también en el Raval. Sigue en el hospital.

El de Kris, finalmente aplazado, era el tercer desalojo de los previstos ayer por la plataforma Resistim al Gòtic, en pocas calles y con pocos minutos de diferencia. Los otros dos eran de dos familias con menores. Una, con cuatro; otra, con dos. Desde las nueve de la mañana, un reducido número de activistas aguardaban frente al 7 de la calle de Milans para arropar a Bushra y sus cuatro hijos ante un desalojo que finalmente no se produjo porque llegó a un acuerdo con la propiedad para la entrega de llaves. Sus vecinos habían logrado, tras mucho batallar, que la familia entrara en la bolsa de alquiler.

Víctima de una estafa

Minutos después, el mismo grupo –una decena de personas, aproximada­mente, a esa hora– se desplazó hasta la calle de Roca, donde Sihame, una madre joven, esperaba asomada desde el balcón. Aguardaba a los activistas, pero no solo a ellos, claro. La joven explicó que la estafaron. Compró las llaves del piso sin saber que era de un pequeño propietari­o. Es consciente de que no puede quedarse en la vivienda, como expresó la mediadora municipal a la comitiva judicial, que finalmente también acordó suspender la orden de desahucio por dos meses, el tiempo que necesita el consistori­o para encontrar una alternativ­a a la familia.

Como anécdota representa­tiva de la realidad de la ciudad, de aquellas dos Barcelonas incluso cuando la pandemia aún está muy presente en las calles, el responsabl­e de la comitiva de judicial de la calle de Roca, al llegar ante el edificio en el que vive Sihame junto a a sus hijos, confundió a una pareja de turistas despistado­s con papeles en la mano –alguna reserva, quizá- con la propiedad del piso.

Otra familia con menores llegó a un acuerdo para entregar las llaves de su piso al dueño

 ?? Jordi Otix ?? Kris (centro) muestra feliz el resguardo de la suspensión del desalojo de su piso, en la calle de Lleona, ayer.
Jordi Otix Kris (centro) muestra feliz el resguardo de la suspensión del desalojo de su piso, en la calle de Lleona, ayer.
 ?? Jordi Otix ?? La policía retira a los activistas concentrad­os en la calle de la Cera, ayer.
Jordi Otix La policía retira a los activistas concentrad­os en la calle de la Cera, ayer.

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